En enero de este año el Gobierno decidió reducir en un 5 por ciento los valores en surtidor para acompañar la caída del barril de crudo en las plazas internacionales. ¿Tuvo algún impacto en las góndolas? ¿Bajó el flete? La nafta cuesta lo mismo que en julio del año pasado. Sin embargo, el resto de los productos siguieron su cauce alcista.
Históricamente, del costo de los combustibles, sobre todo del gasoil, se dijo que tenía una incidencia determinante sobre la evolución del resto de los bienes y servicios que se comercializan en la economía. Tanto por parte de expertos como de las autoridades, estuvo siempre en el centro de la escena. De ahí se entienden las sucesivas regulaciones sobre la cadena de valor.
Oscar Díaz, el presidente de la Confederación del Comercio de los Hidrocarburos de la República Argentina (CECHA) asegura que en 2014 quedó demostrado que un aumento o rebaja de las pizarras no necesariamente tiene su correlato en el índice de Precios al Consumidor (IPC).
“Los precios de hoy son los mismos que estaban vigentes en julio de 2014 y eso no se tradujo en una disminución de los otros costos. En enero bajó el combustible un 5 por ciento y sin embargo no se movió ni un solo producto”, plantea el dirigente. “¿Cuál es la incidencia real?”, se pregunta.
Lo que preocupa al Presidente de CECHA es que el virtual congelamiento que vive el mercado se extienda durante 2015. “El temor es que nuevamente entremos en un periodo de amesetamiento que nos lleve a la situación anterior, cuando cerraron miles de estaciones. Nos preocupa que el precio, por una cuestión política, no se actualice”, alertó.
Las perspectivas de un año electoral
En general cuando hay renovación de autoridades, los funcionarios de turno se interesan por mantener el poder adquisitivo mucho más que en época de exclusiva gestión. La historia reciente lo demuestra: no por casualidad en 2011, cuando se produjo la última elección presidencial, no hubo sobresaltos en los surtidores. Recién en 2012, con YPF estatal, hubo lugar para actualizaciones.
¿A qué se debe? Los distintos ministerios que intervienen en el área –Planificación y Economía – observan el malestar de la gente cuando tiene que desembolsar 700 pesos para llenar el tanque, incluso más que otros rubros de primera necesidad. “El combustible es de alta sensibilidad social”, reconoce Díaz.