A la vanguardia: se instala en Argentina la planta de Biodiesel más moderna del mundo

Pertenece a la firma internacional Greenline y se está montando sobre un contenedor de 40 pies en Coronel Suárez, Buenos Aires. Tendrá capacidad de producción para 10.000 toneladas/año pero gracias a su innovador diseño prevé la posibilidad de ampliarse en el futuro hasta duplicar los volúmenes de venta.

ÚNICA EN EL MUNDODesde hace por lo menos un año, en la industria de los biocombustibles conviven distintas realidades: por un lado figuran las empresas pequeñas, aquellas que abastecen a las refinerías locales para garantizar el corte al 10 por ciento con gasoil, logrando cierta estabilidad económica. Por otra parte, abocadas al negocio de la exportación, aparecen las integradas, hoy con serios problemas de rentabilidad debido a las restricciones al ingreso de productos nacionales que impuso la Unión Europea, el principal destino desde el surgimiento de la actividad en nuestro país, en el año 2006.

Es en este contexto que se instala una destilería en Coronel Suárez, única en el mundo dadas sus características de producción: se construye sobre un contenedor de 40 pies, es multifeedstock, lo que significa que puede operar con cualquier tipo de aceites o grasas con alta acidez y presenta un módulo de pre-tratamiento para la eliminación de gomas y contaminantes provenientes de las resinas de intercambio iónico.

En lo que respecta al modelo de producción, este novedoso emprendimiento alcanzó una arquitectura de última generación: el aceite pre-tratado sigue el proceso de elaboración por una columna de esterificación que permite transformar la acidez en biodiesel y la transesterificacion se realiza con un cavitador de ultrasonido que termina la operación en menos de un minuto. La separación de la glicerina se realiza con un hidrociclón y un filtro coalescente, mientras que el refinado final se efectúa con columnas de intercambio iónico. Toda la operación es llevada adelante sin usar ácidos y agua.

Como punto destacado, José Luis Martínez Justo, asesor externo de Greenline Argentina asegura que “usando aceite de soja crudo desgomado la conversión es superior al 99,5 por ciento” y que “la calidad obtenida supera en exceso las características solicitadas por cualquiera de las normas internacionales”.

La planta se construyó en Estados Unidos pero la empresa se comprometió en utilizar un 70 por ciento de insumos nacionales en sus próximos negocios. Sólo para operar, mantener y administrar la mini refinería está prevista la contratación de 10 personas. “Entendemos que este tipo de planta por poder operar con cualquier aceite y con valores de acidez altos, permite – con el agregado de un módulo de prensado del aceite- desarrollar las economías regionales y cumple con el espíritu de la ley 26093”, resaltó Martínez Justo.

Por otra parte, analiza que “teniendo en cuenta que con el incremento del corte al 10 por ciento, el desarrollo de un B20 para el transporte y para el agro y la eliminación del impuesto a los combustibles para ampliar el uso en generación de energía eléctrica, potenciará no solo el desarrollo de las pymes, sino también será posible mejorar las condiciones de las grandes plantas que hoy están prácticamente paradas”.

(Fuente: SURTIDORES)