Desde un principio no estuvieron de acuerdo con la medida. Temen que las estaciones de servicio reduzcan aún más la rentabilidad y que se torne imposible absorber los incrementos de sueldo. El mercado sigue sin tener referencias claras y el Gobierno no hace mención sobre el tema. Advierten faltantes de abastecimiento
Se cumple un mes desde que la Secretaría de Comercio Interior emitió la Resolución 35/2013, anunciada en un primer momento con el objetivo de frenar los incrementos en las bocas de expendio. Tal como establece la normativa, se dividió al país en seis regiones para que en cada una se ajusten los valores de los combustibles de acuerdo a la referencia más alta que regía hasta el 9 de abril.
Gerardo Rabinovich, Vicepresidente 2º del Instituto Argentino de Energía (IAE) explica que “la medida provocó el resultado contrario al esperado, ya que todas las petroleras aplicaron aumentos de un 15 por ciento o un poco más en algunas zonas”.
De ahora en adelante, vaticina, si las estaciones alcanzan el techo de mercado, “se van a generar problemas de abastecimiento, porque la situación económica esta volátil y si se mueven los costos va a afectar al resto de la cadena y fundamentalmente a las importaciones”.
Ante la necesidad de adquirir productos en el exterior, alerta que va a incrementarse el déficit de esas operaciones, generando un grave perjuicio sobre YPF, por ser la empresa con mayor responsabilidad sobre el suministro, atento a que está controlada por el Estado Nacional. Entiende que “la Resolución no tiene lógica desde el punto de vista energético. Se debe a cuestiones políticas, de impacto a la sociedad por las inminentes elecciones que se van a desarrollar en el país”.
Asimismo, Oscar Díaz, presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA) coincide en que la iniciativa “ha sido negativa” porque produjo una distorsión en los precios, ya que pasaron de mantenerse estables, con subas graduales, a un ajuste importante y de golpe. “Todos los actores del negocio incrementaron los valores”, fundamentó.
Para los próximos meses, considera que “todo va a depender del proceso inflacionario”. En la medida que el precio tope sea rentable, reconoce que “no va a haber inconvenientes”. Pero si las empresas petroleras continúan incrementando los costos, apunta que “se va a reducir la rentabilidad de los operadores”.
Por su parte, Rosario Sica, la titular de la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina (FECRA) tampoco está de acuerdo con establecer precios máximos a las naftas. Si bien admite que “por ahora no se siente en la calle”, se mostró preocupada por lo que pueda ocurrir “llegando al mes de octubre, cuando se tengan que pagar los nuevos incrementos de sueldo”.
También criticó a la Comisión del Plan Nacional de Inversiones que dirige Axel Kicillof por no haber dado instrucciones sobre el tema. “Los precios de cada zona los informaron las petroleras pero después siguieron creciendo”, dijo desconcertada.
Por el techo en las pizarras, puntualiza que “los que tienen dificultades son las estaciones de YPF”, ya que desde que se produjo el incendio en la refinería de La Plata “hay locales que durantes los fines de semana locales se quedan sin stock”. De este modo sentencia que las dos variables que hacen al negocio están amenazadas: precio y volumen.