A contramano del imaginario colectivo que supone que a más precio mayor ganancia, el presidente de la Cámara de Expendedores de Formosa, Contador Ángel Luis Bigatti asegura que el caudal de impuestos que genera la suba influye en el operador de manera negativa. Apunta a gravámenes que se miden de acuerdo al precio del combustible
En los últimos dos meses y amparados en una normativa que les impedirá moverse durante los próximos cuatro, los precios de los combustibles escalaron abruptamente en porcentajes que superan ampliamente la inflación. En teoría, la suba beneficiaría a los estacioneros ya que al recaudar más por los productos que comercializan recibirían mayores ganancias, sin embargo la ecuación dista mucho de ser beneficiosa para el sector.
El contador y a la vez presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Formosa, Ángel Luis Bigatti, señala que toda distorsión en los precios genera cambios en la demanda. Explica que en bocas de expendio ubicadas próximas a una provincia donde no exista un impuesto distorsivo (como la tasa vial), se producirá una migración de clientes y la caída de las ventas podría colocar a los negocios en situación de déficit operativo por caer los ingresos por debajo del punto de equilibrio.
Asimismo remarca que los impuestos influyen al operador en forma negativa, ya que le quitan rentabilidad sin medir su capacidad contributiva. En ese sentido apunta a la voracidad fiscal de tres fuentes, como son la Nación, provincia y municipio.
Como ejemplo citó que la Municipalidad de Formosa cambió la forma de determinar la Tasa Retributiva de Servicio, pasando de un monto fijo que se supone relacionado al servicio, a uno imponible en base a las ventas y una alícuota porcentual que elevó varias veces el costo del tributo.
Otra muestra es el aumento desmesurado del Impuesto a Publicidad en cartelería – incrementado un 500 por ciento o más- debiendo ser absorbido por la estación, en tanto en el Municipio suponen que lo paga la petrolera. “En dos municipios del interior lo fijaron en cientos de miles de pesos, con efecto retroactivo”, se quejó.
Bigatti apuntó que en la conformación de un índice de rentabilidad en el que influyen los ingresos y los costos, “la bonificación mínima de YPF resulta en un punto de equilibrio altísimo”. “Los surtidores viejos, que se rompen continuamente, sumado a todas las ocurrencias derivadas de abuso de poder de las autoridades, que consideran a la empresa como un botín cautivo y no cesan de imponer más obligaciones sin medir las consecuencias son determinantes Las casi tres mil Estaciones cerradas en los últimos años son prueba evidente de ello”, puntualizó finalmente.