Los valores de la nafta en Argentina se ubican un 21 por ciento por debajo de la media regional.
En el tramo final de su gobierno, Alberto Fernández deja un legado en el sector energético argentino, marcado por luces y sombras. Según revela un informe elaborado por la consultora Economía y Energía, liderada por Nicolás Arceo, a pesar de un contexto macroeconómico adverso y una falta de dirección clara en la política pública energética, se logró una expansión significativa en la producción de petróleo, gracias al crecimiento del shale oil, compensando el declive de las cuencas convencionales. Esto resultó en un aumento del 22 por ciento en la producción de petróleo en los últimos cuatro años, permitiendo incluso duplicar las exportaciones de crudo.
En contraste, la producción de gas natural se mantuvo estancada, enfrentando limitaciones en la capacidad de transporte desde la cuenca neuquina. Sin embargo, la disminución de la demanda, especialmente en el segmento de usinas debido al aumento de fuentes renovables, condujo a una reducción en el volumen de gas natural importado por el país.
El avance más significativo en estos años fue la consolidación de la producción no convencional, representando el 48 por ciento de la producción de petróleo y el 45 por ciento del gas natural, sugiriendo un cambio estructural en el sector en la próxima década.
A pesar de estos logros, el informe destaca un retraso considerable en los precios de la energía en el mercado local, agudizado por la aceleración en la depreciación de la moneda en los últimos meses.
En cuanto a la producción de naftas y gasoil, se registró un incremento del 14 por ciento en los primeros nueve meses de 2023 en comparación con el mismo período de 2019, impulsado por el procesamiento de un mayor volumen de crudo y el aumento de la capacidad de conversión de las refinerías. No obstante, creció 35 por ciento el volumen importado de naftas y gasoil entre enero y octubre de 2023 en comparación con 2019.
En este contexto, el documento afirma que los precios de los combustibles en pesos constantes se encuentran en su nivel más bajo en todo el período considerado, un 12 por ciento por debajo de lo verificado en el mismo lapso de 2022. Es importante destacar que la nafta en Argentina se ubica un 21 por ciento por debajo de la media regional.