Los expendedores de combustibles nucleados en CECHA advirtieron, en conferencia de prensa, que continúan los cierres de estaciones de servicio como consecuencia de la baja rentabilidad, pese a que en el país se incremento la venta de naftas. Insistieron en la necesidad de contar con una ley que regule la comercialización
La Confederación de Entidades del Comercio de los Hidrocarburos (CECHA) realizó una reunión entre los representantes de las cámaras empresarias que la integran para debatir temas inherentes a la actividad. Al cierre del encuentro, los directivos brindaron una conferencia de prensa para dar a conocer su opinión respecto al desenvolvimiento del sector, afectado desde hace años como consecuencia de la errática política energética.
«El negocio lo manejan las empresas petroleras y el expendedor esta sujeto a contratos de consignación que fijan topes de rentabilidad por porcentajes, o de reventa, con volúmenes limitados de provisión de combustibles», explicó el contador Carlos Gold, secretario de la organización.
El presidente de la entidad, Oscar Díaz, expresó que «en 2002 el país contaba con una red de 6.000 estaciones de servicio mientras que hoy rondan las 3.800». Agregó que «una estación con ventas menores a los 200 mil litros al mes no es rentable» e hizo hincapié en los mayores costos operativos derivados de los incrementos salariales al personal e impuestos, por caso al cheque.
Además en diálogo exclusivo con surtidores.com.ar manifestó «que todo el sector de la cadena de comercialización está atravesando una situación crítica que no viene de ahora, sino de varios años, y se ha visto agravado por la caída de la rentabilidad».
Consultado acerca de la relación con las petroleras el dirigente empresarial señaló: «Debemos dividir los temas por un lado esta YPF y por el otro el resto de las empresas que operan con la re-venta. YPF opera bajo el formato de consignación y le hemos solicitado a sus autoridades que incremente en 2 puntos porcentuales en las comisiones que perciben las estaciones de servicio por la venta de combustibles, explicando que el 8 por ciento que está pagando en la actualidad, hace unos años servía para compensar los costos operativos y dejar una pequeña ganancia para el expendedor, pero, hoy en día, ya no cubren los gastos y hacen deficitaria a la actividad”.
Por el lado del resto de las compañías privadas reconoció que a pesar de no ser formadores de precios el tema los afecta. “La resolución 35/13 de la Secretaria de Comercio Interior lo que consiguió fue establecer un tope en el precio del pico del surtidor, pero no le impide a las petroleras seguir aumentándonos a nosotros».
Acerca de los próximos pasos a cumplir Díaz puntualizó que «vamos a seguir insistiendo ante las autoridades y queremos que la opinión pública conozca este tema para que la gente se de cuenta que no es culpa del estacionero sino que lo único que hacemos es trasladar los precios que vienen con aumentos. Queremos difundir esta problemática para que la gente lo sepa y que el Gobierno corrija esta situación que si continúa en el tiempo va a tener como resultado el cierre de numerosas estaciones de servicio en todo el país».
En ese sentido el secretario de CECHA, Carlos Gold, puntualizó «a principios de 2011 la red de estaciones expendedoras era de 4.058, mientras que a finales de 2012 totalizaban 3.813. Del total, al mes de abril último, alrededor de 800 estaciones – 500 del interior, 280 de Buenos Aires y unas 20 de la Ciudad de Buenos Aires- estaban en riesgo de cierre» enumeró.
Por último, Oscar Díaz precisó que «los expendedores necesitamos contar con una ley que regule la comercialización de combustibles y que inhiba o al menos limite la participación de las compañías petroleras productoras y refinadoras en dicha actividad».