Se implementó en 2010, cuando la Secretaría de Energía obligó a mezclar las naftas con un 5 por ciento de Bioetanol. Antes de fin de año estarán dadas las condiciones para profundizar la utilización de este combustible renovable, apenas entren en producción dos plantas de gran capacidad que están en construcción
Con el objetivo de reducir las importaciones de naftas y abordar la problemática de los productores de azúcar de la provincia de Tucumán, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció que impulsará proyectos desde el Estado para fomentar la elaboración de alcohol-nafta, a partir de un proceso industrial sobre la base de caña de azúcar.
Si bien la propuesta hizo recordar el viejo “Plan Alconafta”, implementado en 1978, actualmente cada litro de nafta que se comercializa en las estaciones de servicio contiene un 5 por ciento de alcohol. Este proyecto comenzó en 2010, luego de la puesta en vigencia del mandato de corte establecido en el artículo 8 de la Ley 26.093, sancionada y promulgada en 2006, y reglamentada en 2007, durante la presidencia de Néstor Kirchner. Más que una propuesta, “Alconafta” es realidad.
Por las inversiones que hay en curso, el Director Ejecutivo y Socio Fundador de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, Claudio Molina, considera que el Bioetanol irá ganando cada vez más terreno en la matriz energética nacional. “En muy poco tiempo entrará en producción la destilería de Pro Maíz –AGD más Bunge- en Alejandro Roca, Córdoba, antes de fin de año, y la de Diaser en Villa Mercedes, en San Luis”, precisa. Además estima que dentro del primer semestre de 2014 estará en marcha la planta de ACA BIO, en Villa María, Córdoba.
Hoy en día, las petroleras están cortando las naftas con más de un 5 por ciento de alcohol. Las dos terceras partes del biocombustible están elaboradas a base de caña de azúcar y una tercera con maíz. No obstante, esta proporción cambiaría en los próximos años, cuando se empiecen a ver los frutos de las tres nuevas industrias que procesarán Bioetanol a partir de cereales. Se suman a las ya inauguradas de Bio IV en agosto del año pasado en Río Cuarto, Córdoba y Vicentín en diciembre en Avellaneda, Santa Fe.
En este marco, Molina considera que “un aumento del contenido de bioetanol en las naftas sería beneficioso para sostener el ingreso de toda la cadena de valor, más aún en momentos que el consumo de combustibles líquidos en Argentina crece a tasas asiáticas y la oferta de combustibles líquidos de producción nacional no puede atender ese aumento en la misma proporción”.
Sosteniendo esto afirmó que “un aumento del corte implica directamente reducir importaciones de naftas, hecho muy oportuno en términos de las restricciones que presenta el sector externo de la economía del país”. En conclusión, resume que “sería una medida muy positiva”.