Las refinerías están operando al máximo de la capacidad y los proyectos de ampliación son cada vez más difíciles de concretar por las condiciones de la economía. Con números, estadísticas y estimaciones, referentes del sector destacan que el combustible de origen vegetal podría colaborar con el abastecimiento general del país y así evitar salida de dólares, además de fortalecer la industria local
Claudio Molina, Director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, afirma que desde el año 2010 hasta diciembre de 2012, es decir, desde que se empezó a cumplir con la obligatoriedad de cortar el gasoil con un 7 por ciento de biodiesel, la industria entregó a las compañías petroleras 2.185.655 metros cúbicos de volumen líquido.
“Esta incorporación de combustible renovable y premium a la oferta de gasoil ha permitido reducir significativamente el déficit de oferta de diesel que se registró en el país”, resaltó.
Si bien ahora la mezcla subió al 10 por ciento, los referentes de la actividad suponen que podría tratarse de una medida coyuntural para evitar que YPF incurra en nuevas importaciones. Tras los daños en su destilería de La Plata perdió un 7 por ciento de capacidad de producción de naftas y gasoil. Por eso, Molina insiste en pensar las ventajas que presenta el uso de Biodiesel en la matriz energética local. Compara que adquirir una tonelada de gasoil proveniente del exterior cuesta actualmente alrededor de 950 dólares –u 803 por metro cúbico-, mientras que la misma cantidad de biocombustible, tomando el último precio promedio ponderado que determinó la Unidad Ejecutiva Interdisciplinaria de Monitoreo, se paga 4798,55 pesos por tonelada. Sumando gastos de flete, la cifra resulta similar a la de importar diesel: 954 dólares.
El experto sugiere ir reemplazando parte del gasoil foráneo con biocombustible local, no sólo para mantener los 2.000 nuevos puestos de trabajos directos y no menos de 4.000 indirectos que genera el sector, sino también para alivianar a las destilerías, que están operando muy cerca de la frontera de sus posibilidades y cada vez utilizan crudos más pesados, reduciendo así la disponibilidad de destilados livianos, como las naftas, que son las más requeridas por los consumidores.
Con respecto a la posibilidad de que YPF construya una nueva refinería, del orden de 180.000 / 200.000 barriles diarios, con una inversión de 7000 millones de dólares, como se rumorea en el rubro, sostiene que “en las actuales circunstancias de mercado dicho proyecto es de difícil concreción y plantea un problema importante de oportunidad en la asignación de recursos escasos”.
Mientras tanto, la capacidad instalada de la industria de Biodiesel alcanza las 3,705 millones de toneladas anuales y va a crecer aún más en los próximos tiempos, cuando entren en producción las nueve fábricas que están en construcción. Se estima que agregarán 0.944 millones de toneladas.
Teniendo en cuenta que las empresas elaboradoras del combustible a base de aceite de soja están trabajando al 40 por ciento de la capacidad operativa, Molina propone en principio subir la mezcla obligatoria en el transporte pesado de carga, de larga distancia y en la maquinaria agrícola al 20 por ciento.