La semana que viene estará en marcha una nueva planta y desde el sector sostienen que están dadas las condiciones para incrementar el porcentaje de mezcla obligatorio, hoy fijado en el 5 por ciento. Sería un fuerte estímulo a la industria y un mecanismo para reducir importaciones de combustible
Una planta de Bioetanol representa, haciendo una analogía con los combustibles tradicionales, una mini refinería capaz de elaborar un combustible limpio y renovable, a partir del procesamiento de maíz – u otros cereales – y caña de azúcar. Sumando los proyectos que están finalizando el proceso de construcción, hay en nuestro país once de estas pequeñas destilerías y cuentan con una capacidad de producción agregada de 832.000 m3 anuales.
De acuerdo a datos del rubro y tomando como referencia la demanda energética actual, para alcanzar el 5 por ciento obligatorio de mezcla que establece la normativa es necesario producir 370.000 metros cúbicos de etanol. Hoy las petroleras están respetando esta exigencia sin mayores inconvenientes y para los empresarios es tiempo de pensar en elevar la participación del producto vegetal. Esto plantea el Director Ejecutivo y Socio Fundador de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, Claudio Molina.
Sin dudas, estas buenas expectativas están relacionadas con el hecho de que poco a poco se van materializando las inversiones. Como plato fuerte, la semana que viene estará en ejecución el proyecto de Promaíz, impulsado por las firmas Aceitera General Deheza (AGD) y Bunge Argentina, en Alejandro Roca, Córdoba, en el que se estima un aumento en la oferta de 140.000 metros cúbicos de etanol al año. Otras iniciativas terminarían de concretarse hacia fines de este 2013, como la de Diaser en Villa Mercedes, en San Luis, y en el primer semestre del próximo período, la de ACA BIO, en Villa María, Córdoba.
En este contexto optimista Molina plantea que “es totalmente viable” subir el corte al 10 por ciento, aunque aclara que “hay que superar muchas barreras para lograrlo, principalmente de algunas áreas del propio Gobierno que se oponen” a estas propuestas. Así y todo, no descarta alcanzar en el largo plazo una proporción del 25 por ciento -E25-, y paralelamente, la generación de una cadena de valor específica de venta de bioetanol puro o de E85, en la medida que se homologue el uso de los vehículos flex fuel en Argentina. De esa manera, convivirían el E25, el E85 y el E100.
En cuanto a costos, el experto asegura que “es poco material el aumento de precios que genera la mayor participación de bioetanol en las naftas, sobre todo en un contexto en que los combustibles líquidos vienen aumentando significativamente y las compañías petroleras argentinas registran márgenes de refinación muy elevados en términos relativos al mundo y a los que se registraban en el país algunos años atrás”.
Aseguran que el plan alconafta está en pleno desarrollo y con grandes perspectivas para el futuro