La industria creció exponencialmente en tan sólo seis años. Sin embargo, en 2012 cambiaron las perspectivas del negocio: los mercados europeos frenaron el ingreso del Biodiesel nacional, el corte obligatorio con gasoil se estancó y se bajó el precio para el mercado interno. Advierten que las plantas están funcionando con un gran porcentaje de capacidad ociosa
En la actualidad hay 26 plantas de biodiesel que participan del convenio de abastecimiento para el mercado interno. La mayoría de ellas se ubican en Santa Fe, cercanas a Rosario, donde se concentra uno de los polos sojeros más importantes del mundo, aunque también hay presencia en otras seis provincias.
Según explicaron a través de un informe desde la Asociación de Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, el crecimiento vertiginoso que tuvo la industria de 2007 llevó a que a en noviembre del año pasado, apenas cinco años después de que se iniciara el negocio, la capacidad de producción de Argentina alcanzará las 3,5 millones de toneladas por año.
Sin embargo, según señalaron fuentes del sector, a lo largo del 2012 se produjeron una serie de modificaciones comerciales que afectaron el negocio, tanto a las empresas grandes como a las chicas: imposibilidad de exportar, bajas en los precios locales, se frenó el proyecto para subir el corte obligatorio con gasoil al 10 por ciento y tampoco prosperó la iniciativa para que la maquinaria agrícola y los camiones utilicen un 20 por ciento de Biodiesel. También alteraron el panorama la pérdida de competitividad por la inflación, los aumentos de costos y las complicaciones para importar productos.
Hoy las más afectadas son las empresas integradas porque están funcionando a un nivel muy bajo como consecuencia de las dificultades que sufrieron para colocar los productos en el exterior tras la expropiación de las acciones del grupo español Repsol en YPF. A partir de ese entonces la Unión Europea profundizó las trabas al Biodiesel nacional y dejó a las empresas trabajando con un gran porcentaje de capacidad ociosa que potenció los costos operativos.
Como agregado, meses más tarde de las restricciones europeas a los productos locales, en agosto de 2012, el Gobierno Nacional les bajó el precio para el mercado interno entre un 15 y 20 por ciento de lo que recibían anteriormente.
Salvo excepciones, los empresarios del rubro señalan que con esta cifra “las compañías no cubren los costos”, por lo que no están interesadas en aumentar las entregas de volumen a la plaza local, a menos que haya una reestructuración del precio.
Las Pymes, en cambio, después de estar sin trabajar durante varios meses lograron una recomposición similar a la de antes de agosto. Para la primera quincena de diciembre las firmas que producen menos de 20.000 toneladas por año cobraron 5.222 pesos la tonelada, mientras que las de entre 20 y 100 mil percibieron 5.014. Aún no se publicó el esquema para la segunda quincena.
Tal cual funciona el sistema, las empresas no tienen certezas ni seguridad del valor que les será otorgado en el futuro y mientras tanto viven el día a día haciendo cuentas buscando ser más eficientes. Como aspecto positivo destacaron que las más chicas están cumpliendo con los cupos de abastecimiento acordados para cumplir con el corte obligatorio con gasoil, situación que aliviará la oferta de combustibles cuando arranque la cosecha del agro.