Los empresarios del rubro destacan que durante los primeros meses del año se mantuvo el nivel de conversiones de vehículos. Además, si bien hubo un congelamiento de los combustibles líquidos, las petroleras aplicaron la semana pasada aumentos al público de hasta un 10 por ciento y se estiró aún más la brecha de precios
Las ventas de equipos de GNC arrancaron el año a buen ritmo. Según redondeó Horacio Magraht, secretario de la Cámara Argentina de Productores de Equipos Completos de Gas y Afines (CAPEC) durante enero y febrero se instalaron alrededor de 8.000 sistemas de inyección.
Entiende que “es un buen número”, pero a la vez se entusiasma con pensar que podría ser mucho mejor. La expectativa se basa en la diferencia de precios que se desató entre el GNC y las naftas, su principal competidor, durante la última semana tras las subas que las petroleras ordenaron a las estaciones de servicio.
“El ahorro que genera usar gas es de 5 pesos por litro”, resaltó el dirigente. Por esta realidad, que incluso estiman que podría mejorar con el correr del tiempo, desde el sector confían que en los próximos meses van crecer las consultas de interesados en volcarse al GNC.
Con los nuevos ajustes en los costos industriales un equipo de quinta generación pasó a costar entre 9.000 y 10.000 pesos. Lo interesante que nota el empresario es que de a poco el nuevo parque automotor que sale al mercado ve en el GNC una seductora alternativa a las naftas. “Están ingresando autos nuevos”, reveló.
Los motivos están a la vista. En el interior del país YPF ubicó la nafta súper, la más económica del mercado, a un valor promedio de $7,50. El resto de las marcas, en cambio, ya supera con creces los 8 pesos.
“Con la diferencia que hay con las naftas estimamos que este año van a mejorar las ventas”, subrayó Magraht. Frente a esta relación de ahorro analiza que “los consumidores van necesitar utilizar gas por una cuestión de necesidad”.
