Las primeras tarjetas estarán disponibles a fin de mes. Se aceptarán en principio en las estaciones YPF pero se espera que otras marcas también se plieguen. La comisión será mucho más baja que las que cobran otros plásticos y el plazo de acreditación será menor. Expendedores escépticos
Las tarjetas Supercard, que surgieron de un acuerdo entre el Gobierno y el supermercadismo para bajar los costos financieros que deben pagar los comerciantes, ya están en proceso de impresión y las primeras serán entregadas antes de fin de mes, informaron fuentes del sector.
«Antes de fin de mes salen las primeras tarjetas. Las dos primeras se entregarán a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y a la subsecretaria de Defensa del Consumidor, María Lucila `Pimpi´ Colombo», dijo el director ejecutivo de la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), Juan Vasco Martínez.
En ese sentido, el dirigente supermercadista afirmó que los plásticos «ya están en proceso de impresión».
Recordó que para la conformación de la sociedad que administrará esta tarjeta, se establecieron tres categorías de socios. Los supermercados Coto, la Cooperativa Obrera de Bahía Blanca y la casa de electrodomésticos Garbarino serán sus administradores, mientras que la petrolera estatal también formará parte pero en condición de adherente.
Los plásticos dominantes en el mercado cobran a los operadores de retail un 1.5 por ciento sobre la facturación de combustibles, mientras que la Supercard se estima que tendrá un costo muy por debajo de ello. Esta característica, sumada al acortamiento de los plazos de pago es el principal argumento para seducir a los expendedores.
Manuel García de la Asociación de Estaciones de Servicio Independientes se mostró cauto frente al lanzamiento. Afirmó que si las condiciones son ventajosas para el sector “bienvenida sea”, pero “no servirá” si son las mismas que las actuales.
El empresario admitió que por esta razón hay muy pocos comercios que aceptan tarjetas. “Ningún asociado a nuestra entidad las recibe”, puntualizó, al tiempo que apuntó a las petroleras por la difícil situación que atraviesan los estacioneros.