Consecuencias del avance de las petroleras sobre las ventas minoristas

El Ingeniero Alejandro Martorell, Vicepresidente de la Confederación de Entidades del Comercio de los Hidrocarburos (CECHA), explica que ante la falta de legislación sobre el tema, “las petroleras comenzaron a avanzar en la venta minorista de naftas y gasoil desde principios de siglo”, cuando descubrieron que era un nicho muy rentable.

 

Según datos oficiales, de los 1828 millones de litros de naftas y gasoil que se expendieron durante el mes de marzo, el 24 por ciento lo comercializaron las petroleras por cuenta propia, sin pasar por las estaciones de servicio, como ocurría décadas atrás.

 

“Esta forma de operar deja la utilidad en el segmento mayorista, generando una competencia desleal en perjuicio de los estacioneros”, cuestionó. “Esto se manifiesta claramente en todas las rutas del país, donde se pueden observar gran cantidad de estaciones de servicio cerradas”, graficó.

 

Al perder gran parte de las ventas a las empresas de transporte y del agro, explica que “los comercios no pueden subsistir”, atento el parque automotor de las pequeñas poblaciones rurales es insuficiente para que lleguen al punto de equilibrio, estimado en 300.000 litros mensuales.

 

“Las bocas más complicadas fueron las de ruta porque las distintas marcas implementaron sus respectivas tarjetas de fidelización de clientes y avanzaron sobre los clientes transportistas”, amplió.

 

A pesar de que se perdieron 2500 locales en apenas diez años, Martorell indicó que “los proyectos de ley que tratan de impedir estos temas obtuvieron estado parlamentario pero nunca tratamiento”. CECHA impulsó este tipo de iniciativas el año pasado, con legisladores nacionales de todos los colores políticos, pero la expropiación de YPF congeló la discusión.

 

En el caso de que se logre impedir a los proveedores despachar directamente al público, destaca que “se transparentaría el mercado, además de permitir a las estaciones de servicio Pymes recuperar sus clientes, dando el servicio al agro, al transporte y como consecuencia al turismo”. Plantea “revalorizar a la estación como un lugar seguro y controlado para el comercio de hidrocarburos”.
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