Crece la participación de empresarios nacionales en el negocio del petróleo

Especialistas en energía consideran que el auge de las inversiones por parte de empresas locales se debe a las buenas expectativas financieras y productivas que presenta el sector como consecuencia de la decisión del Gobierno de impulsar la explotación de los recursos no convencionales, como así también a factores propios de una economía en crecimiento

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En nuestro país hay siete empresas que participan de la producción de naftas y gasoil. Se trata de YPF, Esso, Shell, Oil Combustibles, Petrolera Argentina, Refinor y Petrobras. Hace apenas diez años, cuando el mercado permanecía totalmente desregulado, estaban controladas casi en su totalidad por capitales extranjeros, mientras que en la última década, fueron pasando progresivamente a manos de empresarios nacionales.

Eduardo Barreiro, licenciado en Química, consultor en temas de Energía y director de la Society of Petroleum Engineers, regional Argentina, explica que este proceso de nacionalización, en parte, del mercado petrolero, se debe al crecimiento de la economía que acrecentó los recursos de las empresas locales, como así también “a las buenas perspectivas que presenta la industria a partir de los anuncios de explotación del crudo y gas no convencional” que YPF prometió extraer del yacimiento Vaca Muerta.

El caso más evidente es el de YPF. En abril de 2012 el Estado expropió el 51 por ciento de las acciones del Grupo Repsol – de bandera española – en su claro objetivo de pasar a dirigir la compañía. Parte del resto del capital está en manos del Grupo Petersen (argentino), Repsol y de inversores privados, principalmente de Estados Unidos.

Asimismo, Esso, tras 100 años de trayectoria en la plaza local, decidió vender sus activos a Pan American Energy, firma que es controlada por Bridas Corporation, propiedad de la familia Bulgheroni y la petrolera china CNOOC.

Otro ejemplo claro es el de Oil Combustibles, marca local que nació en 2011, cuando Cristóbal López, empresario vinculado al negocio petrolero en el sur del país, adquirió la refinería que Petrobras tiene en San Lorenzo, provincia de Santa Fe, y 360 estaciones de servicio en todo el país. Ahora, suena como una de las posibles interesadas en la adquisición del 51 por ciento de los activos que le quedaron a la brasileña en el país.

Del abanico de empresas que participan del negocio del Downstream, es decir, en la producción de combustibles, apenas dos pertenecen en un 100 por ciento a capitales foráneos: Shell – de fondos anglo-holandeses- y PDVsur, de Venezuela.

(Fuente: Surtidores)