Tomando en cuenta la cotización del dólar paralelo, la nafta en la Argentina vale la mitad que en los países de la región. Sin embargo los precios de los combustibles se igualan si el litro se ajusta a la paridad oficial. Incluso son más caros que Brasil
La brecha que separaba el precio de los combustibles que se venden en la Argentina con el resto de los países de la región desapareció. El cepo al dólar y los últimos aumentos concretaron finalmente el anhelo de las petroleras que exigían la paridad con Brasil, Uruguay o Chile, naciones que históricamente ubicaban sus pizarras hasta un 50 por ciento por encima de las locales.
Tomando en cuenta la cotización oficial de la moneda extranjera, el litro de nafta Premium en nuestro país cotiza a 1,50 dólares, unos centavos más que en el gigante carioca y Paraguay, poco menos que en Chile y 50 centavos de dólar por debajo que en Uruguay. Lo mismo sucede con la súper y el diesel.
Sin embargo, en referencia a la paridad de la moneda argentina con el dólar blue, los valores de los combustibles se reducen de tal manera que instalan a la Argentina en el lote de los países más baratos del continente. En efecto, mientras fronteras adentro un litro de súper cuesta 85 centavos de dólar, en Uruguay idéntico producto vale 1,90; en Brasil, 1,32; Paraguay 1,24 y en Chile, 1,65.
Claro que nunca tanto como en Venezuela, donde un litro de nafta cuesta, desde hace 10 años, entre 3 y 4 centavos de dólar. Una gaseosa cotiza 20 veces más, una botella de agua 25 y un café expreso 30. Un usuario puede dejar de propina al playero que limpia el parabrisas y mide el aire de los neumáticos en una estación de servicio, más dinero del que paga para llenar el tanque de su vehículo.
Pero volviendo a la tasación oficial, los precios en el surtidor también superan largamente a la moneda estadounidense, una situación que no se daba desde la convertibilidad. La Premium, por ejemplo, totaliza un 60 por ciento por encima del dólar, circunstancia que sin dudas estimulará la expansión del mercado interno.
Lo sucedido con las ventas de 2012 son un indicio: las petroleras distribuyeron de enero a diciembre 15.720 millones de litros de naftas y gasoil, 99 más que en 2011. La productividad de la industria -la actividad de las refinerías del año pasado fue la mayor de la última década- también ofrece una señal de cómo será el escenario futuro del dowstream.