La petrolera, por iniciativa del Gobierno, acordó con sus proveedores para que le vendan el crudo más barato. De este modo decidió aceptar subir sólo la mitad del porcentaje de aumento que había aplicado a los precios de los combustibles a principios de mes
Luego de que el Gobierno acordara con las petroleras una variable de precios para el petróleo crudo que reciben las refinadoras, Shell decidió hacer efectiva la rebaja del 6 por ciento en el precio de sus combustibles que a principios de mes había aumentado el 12.
La decisión comenzará a regir desde hoy aunque se desconoce cuando realmente será palpable en los surtidores ya que los expendedores adelantaron que no cumplirán con el descuento hasta no agotar los stocks que compraron a los valores más caros.
Según lo convenido, las productoras aplicarían para todas las refinadoras una baja de 14 por ciento de base, más 5 sobre ese precio en febrero; de 8,75 en marzo y de 3,75 en abril. La excepción es Shell, que no recibiría el 5 por ciento adicional. En mayo, deberían pagar el precio pleno del crudo.
La decisión de Shell de subir los precios de las naftas y el gasoil fue a consecuencia de los efectos de la devaluación del dólar. Sin embargo y a partir de una reunión con el Ministro de Economía, Axel Kicillof, dispuso acoplarse al aumento que “voluntariamente” aceptaron todas las compañías del sector.
Ahora, Shell mantendrá un aumento con respecto a los precios de enero, pero será inferior al que aplicó desde hace 10 días. En Capital Federal, la nafta súper que pasó de $ 9,36 en enero a $ 10,48 en febrero, ahora se ubicará a $ 9,92. El combustible V-Power, que pasó de $ 10,59 en enero a $ 11.86 en febrero, ahora estará en $ 11,23
El diesel común, que estaba en $ 8,32 en enero y pasó a $ 9,32 en febrero, ahora se ubicará en $ 8,82 en las 50 estaciones de servicio propias. El diesel premium pasó de $ 9,97 a $ 11,17 en febrero. Ahora se ubicará en $ 10,57 por litro. En el interior, en cambio, la mayoría de las estaciones están gestionadas por operadores independientes, razón por la cual se desconoce cual será finalmente el precio de los productos que expenden.