Los consumidores demandan cada vez más sistemas de inyección modernos. Cuestan entre 13 y 14 mil pesos pero la inversión se recupera en poco tiempo por la gran diferencia de precios que se desató entre el GNC y las naftas. La industria arrancó 2014 a buen ritmo, superando las conversiones del año anterior.
Ya en 2013 se notó el fuerte interés de los automovilistas en incorporar GNC en sus vehículos. Notaban que los combustibles sufrían importantes aumentos todos los meses y que llenar el tanque no bajaba de los 500 pesos, aun cargando nafta súper en las bocas de YPF, la opción más económica.
¿El resultado? Se transformaron en todo el país 157.801 rodados, lo que representa un incremento del 17,5 por ciento respecto del año anterior y el doble que hace apenas seis años, en 2008, cuando el Gobierno aplicó otra política distinta para el mercado: congelaba los precios de los combustibles en el surtidor.
De este total de usuarios que se agregaron, Hugo Lamy, presidente de la Cámara Argentina de Productores de Equipos de Gas (CAPEC) asegura que “el 60 por ciento de las ventas son equipos de quinta generación”.
Estos dispositivos se convirtieron desde hace tiempo en los preferidos del mercado por sus ventajas mecánicas: consumen menos cantidad que los tradicionales, protegen el circuito y funcionan de manera automática.
Técnicamente, este sistema de conversión a GNC consiste en un kit de inyección de gas para motores de combustión interna del tipo multipunto que introducen el volumen de gas necesario en cada cilindro, justo en el momento en que abren las válvulas de admisión y de un modo secuencial, evitando la acumulación del combustible en el múltiple y en consecuencia el efecto siempre latente de una contra-explosión.
Esta propuesta de vanguardia es la gran apuesta de los talleres de conversión, siendo que hoy operan en general a un promedio del 70 por ciento de la capacidad instalada, niveles que consideran aceptables pero que podrían mejorar. En general están preparados para volver al ritmo de la edad dorada del GNC, cuando se colocaban más de 15.000 sistemas por mes.
Lamy explica que la expectativa para 2014 se apoya en parte por el alto costo que alcanzaron las naftas. En Capital Federal, distrito que todavía sigue siendo el más barato del país, la nafta súper de YPF llegó a $ 10,60 el litro, cuatro veces más de lo que se paga el GNC. En el interior las pizarras marcan hasta 13 pesos por litro, lo que hace aún más atractivo al gas.
Un equipo de última tecnología cuesta entre 13 y 14 mil pesos, indica Lamy, mientras que uno de tercera generación no supera los 9.000. Haciendo un recorrido de 1.000 km mensuales, destaca que se recupera la inversión; a partir de ahí, es todo ganancia.
Grandes expectativas para el GNC: las conversiones ya alcanzan los 14.000 automóviles por mes