Es la cantidad que tienen que vender para no perder dinero como consecuencia del fuerte aumento de los costos operativos. Desde el sector estiman que habrá nuevos ajustes de precios en el metro cúbico. Recuperar la inversión en un compresor de gas y surtidores lleva cada vez más tiempo.
Tras los aumentos de las naftas el GNC quedó en su relación histórica más barata. En algunas provincias representa hasta el 25 por ciento de lo que cuesta el litro de nafta premium, la más cara del mercado, mientras que respecto de la súper se consigue a un tercio de su valor. Si bien crecen las conversiones de vehículos por estas favorables condiciones, lo cierto es que las bocas de expendio no potenciaron sus ingresos, debido a que a la par se instalaron nuevas bocas y surtidores de gas en estaciones que anteriormente vendían líquidos, lo que redujo el promedio por local.
En paralelo, en los últimos años los gastos del negocio fueron creciendo: en agosto de 2012 el Gobierno anunció una suba del 300 por ciento del gas que los comercios pagan a las distribuidoras, llevándolo de 15 centavos el metro a 60, medida que alteró las cuentas de las pequeñas empresas. En 2013 los sueldos también escalaron un 24 por ciento promedio, cifra similar al resto de los egresos de la actividad como mantenimiento, equipos, inspecciones de los organismos públicos, entre otros.
Con estos cambios, Luis Navas, asesor legal de la Asociación de Estaciones de Servicio (AES) asegura que “el punto de equilibrio de una estación de carga de GNC está cercano a los 100.000 m3 mensuales”, cifra que pocos comercios pueden actualmente alcanzar por el gran nivel de competencia que se desató en el mercado.
Por este motivo y otros propios de la economía, como la inflación, Navas considera que se esperan ajustes en las pizarras en los próximos tiempos. “Hoy existe un atraso considerable en la relación Nafta-GNC con relación a sus orígenes en 1984. En la década del ´80 era del 50,85 por ciento. Quiere decir que hoy el GNC debería tener un valor de $ 5,085. Sin embargo en la Convertibilidad, década del ´90, la relación fue del 35, por lo tanto el GNC debería estar en $ 3,50”, analiza Navas.
Este es el importe que evalúa para las provincias del interior. En Capital Federal, en cambio, explica que “es un caso especial porque hay concentración de estaciones y taxis en un territorio pequeño, con lo cual los loa autos de alquiler recorren todo el perímetro capitalino y saben muy bien dónde se vende más barato. Muchos operadores para atraerlos bajan sus precios o directamente no los actualizan. Existen, todavía, locales por debajo de los 2 pesos que convierten al negocio en un despropósito”.
Actualmente, incorporar gas a un local que ofrece naftas y gasoil Navas estima que cuesta aproximadamente U$S 300.000, contemplando las obras civiles, de infraestructura y el equipamiento necesario. El especialista sostiene que “recuperar la inversión depende del nivel de ventas y es por eso que muchos empresarios optan por comprar una estación de carga de GNC ya funcionando donde se sabe cuanto vende”. Siguiendo la idea, mencionó que “las inversiones en nuevas estaciones están en su mínimo histórico”.