El robo a una estación de servicio moviliza a empresarios, trabajadores y autoridades

Dos empleados sufrieron lesiones en la cabeza y tuvieron que ser hospitalizados tras resistirse a un asalto en un puesto de venta de combustibles de la ciudad de Córdoba durante la madrugada del lunes. El sindicato repudió el hecho y convoca a todos los actores que participan del sector a analizar medidas contra la inseguridad

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El Sindicato Petrolero de Córdoba (SINPECOR) informó que el hecho delictivo se produjo el lunes a las 5 y media de la mañana, justo cuando el personal queda a cargo del negocio y prácticamente no hay movimiento en la calle, esta vez en el local ubicado en Av. Armada Argentina 2150.

Carlos Salvay, Jefe de Prensa de la entidad indicó que en respuesta a este acontecimiento se “está gestionando para armar un plan en conjunto con la policía, expendedores y las autoridades provinciales” a los fines de terminar con los robos a las estaciones.

“Estamos elaborando un plan integral en resguardo de la salud psicofísica de nuestros representados y es por eso que convocamos a todas las partes interesadas a trabajar en ese sentido”, invitó.

Si bien no hay estadísticas oficiales que puedan graficar el mapa del delito en las bocas de expendio, el dirigente alerta que los atracos “cada vez son más violentos” e inesperados. En la mayoría de los casos los malhechores utilizan armas de fuego y aparecen durante el turno nocturno.

“Exigimos a las autoridades responsables de la seguridad de la población extremar las medidas tendientes a salvaguardar la integridad física de trabajadores particularmente expuestos a este tipo de hechos salvajes ya que se desempeñan en establecimientos abiertos y son blancos de este tipo de robos express, con serio peligro de su vida”, indicaron desde la entidad a través de un comunicado de prensa.

“Pedimos hacer un convenio con las fuerzas de seguridad para que estén presentes en las horas pico, al menos en los momentos de mayor peligrosidad, cuando cae el sol y por la madrugada”, propuso.

Más allá de lamentar las secuelas emocionales que estas situaciones de violencia generan sobre los trabajadores, que generalmente impiden en el futuro desarrollar normalmente su función, Salvay aclara que “se encuentran fuera de peligro”.

(Fuente: Surtidores)