En gran parte del país cayeron aproximadamente un 5 por ciento. Impactó la inflación y el menor ritmo de la economía. ¿Cómo se presenta este año? Un nicho con dificultades para competir por los altos precios. Las zonas turísticas, en cambio, atraviesan su mejor momento.
Los minimercados de las bocas de expendio de rutas trabajan con los turistas y personas que se movilizan a diario por cuestiones comerciales. Por eso, cuando la actividad económica empieza a menguar, se nota en las góndolas. Son menos los camiones en circulación y la gente que viaja. En las ciudades, en cambio, los clientes son habitués o aquellos que están de paso y compran refrigerios para seguir la rutina.
Antonio Gianello, Secretario de la Cámara de Expendedores de San Luis (CECA) hizo un balance de este segmento del negocio sobre 2014: “habría que hacer un número exacto, porque confunde la inflación y en números parece que hubo más ventas. Sin embargo, en unidades no. Calculamos que hubo un 5 o 6 por ciento de facturación menos que en 2013”.
No obstante, el dirigente aclara que por estas horas el panorama es distinto: “nosotros estamos en una zona turística, justo a la salida de los diques y ríos, por eso, diciembre, enero y febrero, son los meses más fuertes del año. En las estaciones de las ciudades está cayendo la actividad”.
En conclusión, en general el shop se está moviendo casi a la par de los despachos de naftas y gasoil. En 2014 se sintió el impacto en las naftas, sobre todo en las Premium. Aunque no se puede definir con certeza, las empresas estiman que esta situación afecta también sobre las tiendas de conveniencia.
Ricardo Stella, presidente de la Cámara de Expendedores de Salta, explica que en general estos comercios cobran impulso con el comienzo del ciclo lectivo. “Hasta que no haya actividad plena, sobre todo escolar, no se nota un movimiento importante en la economía en la provincia”.
¿Qué peso tienen las tiendas en la rentabilidad de las estaciones de servicio? Varía para cada local, región o provincia. Hay puestos en los que representa hasta un 30 por ciento de los ingresos; en otros, sin embargo, casi que no tiene incidencia pero sus operadores prefieren dejarlo en funcionamiento para brindar una atención a los clientes. Es un mero complemento.
Los que mejor funcionan adoptan modalidades de otras ramas. El shop típico está pasando de moda, para dar paso a bares con amplia gama de ofertas de productos, buena iluminación y limpieza. Se presentan con aire moderno y atractivo, que suelen ser punto de reunión de jóvenes o para quienes lo utilizan como una oficina alternativa para atender asuntos laborales. Agregar valor es el secreto de la supervivencia.
