La empresa nacional de energía, Enarsa, ya no participará de la comercialización de combustibles como hizo a principios de año para satisfacer la demanda aunque no descarta hacerlo si hace falta. “Nuestro equipo tiene todas las herramientas para actuar”, afirman.
A principios de año, cuando la escasez de naftas y gasoil era el rasgo que predominaba en las estaciones de servicio, el ministro de Planificación, Julio De Vido, anunciaba que Enarsa entregaría el combustible que falte en cada boca de expendio desabastecida del país.
El esquema de distribución comenzó a regir en Santa Cruz, Chubut y Neuquén, pero al poco tiempo dejó de funcionar. Es que la nacionalización de YPF provocó un flujo de suministro que acabó en poco tiempo con los faltantes, tanto en sus propios puntos de venta como en las del resto de las empresas.
Está situación mereció el abandono de la hasta entonces petrolera estatal del Downstream, un segmento del que por ahora no tiene previsto incursionar. No obstante, representantes de la empresa no dudaron en afirmar que “siempre estamos a disposición por si hace falta. Nuestro equipo tiene todas las herramientas para actuar en caso de ser necesario”.
Salvo esta situación particular, Enarsa no volvió a ocuparse de la actividad minorista desde que dejó de lado su fallida aventura en la rama de las estaciones de servicio, en asociación con la venezolana PDVSA. Incluso lo hacían saber en su página web, alertando que no tenían distribuidores y que quienes se asignaban esa condición nada tenían que ver con la compañía.
Su objetivo fue siempre la exploración y explotación de petróleo aunque en sus principios fundacionales también incluye la comercialización e industrialización de sus derivados, a cuyo efecto podrá elaborarlos, procesarlos, refinarlos o compararlos. Sin embargo y al no tener la infraestructura necesaria como para almacenarlos y en el caso del gasoil mezclarlo con el corte obligatorio de biodiesel, tampoco se encuentra en condiciones de distribuirlos.
(Fuente: Surtidores)