Expertos en energía destacan que desde que el Estado se hizo cargo de la empresa bajo la figura de Miguel Galuccio incrementó la producción de crudo y gas, gracias a los proyectos de inversión realizados en Vaca Muerta, el reservorio que promete recuperar el autoabastecimiento en la próxima década.
Aunque parece que fue hace siglos, recién se cumplen dos años – el 16 de abril – desde que el Estado Nacional retomó el control de la principal compañía de Argentina y por ende del mercado petrolero, YPF. En un principio hubo puntos de vista encontrados respecto del éxito que tendría dicha medida y sobre sus consecuencias en el plano internacional, pero con el correr de los días se fue generando un consenso general de aceptación a la nueva gestión encabezada por Miguel Galuccio.
Gerardo Rabinovich, especialista y Vicepresidente 2º del Instituto Argentino de la Energía (IAE) “General Mosconi” analizó los pasos que dio la compañía en esta primera etapa: “en principio cabe señalar que la recuperación de YPF claramente logró que la empresa mejorara su performance de producción de petróleo y gas”.
“Se han tomado medidas positivas; hay una gestión profesional que ha invertido en yacimientos y que está buscando aumentar la producción y el perfil de reservas con la explotación de los recursos no convencionales”. El especialista destacó que se haya recuperado “un recurso propio que estaba mal administrado”.
Pero por otra parte Rabinovich cuestiona el modo en que el Gobierno encaró la resolución del pago de las acciones a Repsol: “la desprolijidad de los procedimientos de la expropiación generaron problemas importantes para la actual gestión de YPF que desembocaron en nuevas demandas judiciales que recién ahora podrían resolverse si se sanciona una ley que selle un acuerdo para el pago del 51 por ciento de las acciones”.
Respecto del futuro de la empresa de bandera que maneja el 55 por ciento de la participación de las ventas de combustibles del país, asegura que llegó el momento de “reformular el plan de objetivos”, considerando que desde 2012 a la fecha cambiaron muchas de las variables de la economía. “Se ha producido una fuerte devaluación de la moneda; el tipo de cambio no está estable y tampoco se han podido realizar las inversiones en la calidad y cantidad previstas; me parece que hay algunos puntos que no se han cumplido”, plantea.
“Todo plan con el transcurso del tiempo debe ser actualizado; nadie puede saber que va a pasar en el futuro”, sostuvo Rabinovich finalmente.
