El presidente de la petrolera Juan José Aranguren, afirmó que las estaciones de servicio fueron en definitiva, las que padecieron el boicot propuesto por el presidente Néstor Kirchner cuando exigió que no “se les compre ni una lata de aceite”. Por el contrario, reveló que la compañía se benefició ya que exportó todo ese remanente. Dura respuesta del Gobierno.
El 10 de marzo de 2005, el entonces presidente Néstor Kirchner se puso a la cabeza de un boicot contra la petrolera Shell, por decidir aumentos en los precios de los combustibles. «A Shell no le tenemos que comprar nada, ni una lata de aceite», arengó durante un acto de entrega de útiles escolares en la Casa de Gobierno. «No hay mejor acción que, entre comillas —agregó—, este boicot nacional que le está haciendo el pueblo a quien se está abusando del pueblo».
«Les pido a los argentinos que hagamos valer el poder del pueblo y nadie le compre nafta (a Shell) porque las otras empresas no han aumentado, que hagamos un boicot llamando a la conciencia nacional». Y luego agregó: «Mi deber es defender al pueblo argentino y ponerme al frente del pueblo».
La medida, que en apariencia apuntaba contra la petrolera, tuvo como reales destinatarios a las estaciones de servicio. Así lo reveló el presidente de la compañía, Juan José Aranguren, quien afirmó que los estacioneros fueron en definitiva los que padecieron sus efectos. Por el contrario, reveló que la compañía se benefició ya que exportó todo ese remanente.
Invitado al programa “Cronista TV” el empresario señaló el contrasentido de la condena pública “porque si bien hubo una baja en las ventas internas, los productos que sobraron se vendieron en el mercado externo. Gracias a eso Shell ganó 57 millones de dólares”, divulgó.
Aranguren agregó que el boicot contra Shell a la distancia, puede leerse como el inicio de lo que iba a venir de la mano del control de precios en el sector energético y en la economía. “En parte fue la piedra fundamental”, dijo.
En otro segmento de la entrevista, Aranguren precisó que le resulta “paradójico que exista un cepo cambiario debido al costo de la factura de importación energética, lo que hace que en la economía interna sobren pesos. Y una forma de inversión sencilla son los automóviles: la compra de autos, que van a ser récord este año significará más nafta que tendremos que importar”, planteó.
El Gobierno responde
El Ministro de Planificación Federal, Julio De Vido impugnó las declaraciones del presidente de Shell al afirmar que “mientras el país se encamina al record histórico de ventas de auto 0 km como gran desafío e incentivo para la industria petrolera, Aranguren está preocupado por la mayor demanda de combustibles”.
“A Aranguren le debería preocupar tener combustible suficiente en volumen para abastecer a los Argentinos que mejoran su calidad de vida y baten récords de compras de autos cero kilómetro”, sostuvo al tiempo que agregó: “Hoy en Argentina acceden a comprar autos todos los sectores de la población, lo que se contrapone claramente con lo que pasaría si se concretaría la propuesta de precios de combustibles de Aranguren donde un auto volvería ser un producto premium como en los noventa”.