En algunas zonas, gracias a las compras de extranjeros, las ventas de combustibles se mantienen en los niveles históricos. A diferencia de otras provincias, consideran que en 2015 la actividad podrá sostener el plantel de empleados. Además, explican que por el cierre de locales de los últimos años, mejoró el nivel despacho promedio por expendedor.
Ángel Luis Bigatti, presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Formosa, considera que las bocas de expendio de la región – Corrientes, Formosa, Misiones y Chaco – están en condiciones de mantener la cartera de trabajadores en 2015, haciendo un esfuerzo económico.
Hace una diferencia entre los operadores que no son de YPF, para los que entiende que será menos complicado debido a que “tienen un margen mayor”, gracias a que funcionan bajo el esquema comercial de re-venta, por lo que pueden actualizar los precios hasta acomodar los ingresos.
En el caso de los puestos que son de bandera estatal compara que “tienen mayor volumen de ventas”, y asegura que es gracias a esta preferencia de los consumidores por sus combustibles que pueden compensar las bajas bonificaciones que establece la compañía a través del sistema de consignación.
Sin embargo, Bigatti lamenta que esta situación se puede garantizar a partir de una reducción del parque de estaciones. “No es una situación financiera complicada para las bocas sobrevivientes. Porque recordemos que hubo una caída de 3000 empresas y entonces aumentó el promedio de ventas por local”, plantea. El grueso de los establecimientos se ubica por encima del punto de equilibrio.
En este contexto, el directivo analiza que “no hay riesgos de suspensiones y despidos”. Por su parte, el empresario no tiene temor a una caída abrupta de los despachos al público. “El combustible es un producto de demanda inelástica, la gente lo necesita y lo requiere, está en relación con el crecimiento de la población y de todas las actividades”, afirma.
En definitiva, Bigatti evalúa que “por más que suba el precio en surtidor no va a incidir demasiado en la caída del consumo”. No obstante, aclara que puede derivar en un corrimiento hacia energías alternativas, como el GLP, que es la variante económica de la zona. “En el NEA, como no existe el GNC, si puede ser que exista un cambio en el mercado por vehículos que se transformen al GLP”, explica.