En Chaco, las autoridades locales se comprometieron ante taxis y remises en firmar un convenio con una de las empresas proveedoras de la zona para que reduzca el costo en surtidor exclusivamente a este sector. ¿Qué opinan los expendedores? El problema de no contar con GNC.
En estos días se conoció la noticia de que la Asociación de Choferes de Taxis y Remises de Chaco (ACTR) lograría beneficios para la compra de naftas y gasoil por parte de una de las banderas que operan en la provincia. Aunque no fue anunciado, todo indica que sería con Secheep Combustibles, que es la compañía administrada por el Estado. Este convenio incluye la implementación de una fila especial para optimizar el tiempo de espera de los choferes.
Sobre este tema, se explayó Miguel de Paoli, presidente de la Cámara de Expendedores (CECACH): “Recuerdo algunos años atrás un acuerdo similar logrado por la Subsecretaría de Comercio Interior y estas asociaciones, tendiente a asegurarles la provisión de combustibles a precios competitivos y uso de una isla exclusiva, dentro de un contexto de escasez de productos y largas colas que provocaban interminables horas caídas por las esperas. Una importante empresa petrolera designó a una estación de servicio para llevar adelante la operatoria en la Ciudad de Resistencia, sin mayores contratiempos”.
Sin embargo, De Paoli aclara que “hoy el escenario cambió”, debido a los excedentes de volumen que vive el negocio. “Producto es lo que abunda. Por más vueltas que le busquen al asunto, ese sector enfrenta un problema de rentabilidad indisimulable, con una tarifa de servicios limitado por la escaza demanda de un público reticente a enfrentar nuevos valores. Es lógico que intenten acuerdos de precios para los asociados para bajar algunos costos, expresando en varias oportunidades el anhelo de abastecerse con gasoil subsidiado, como lo hace el transporte urbano de pasajeros, pero aún suena algo utópico”.
Debido a la ausencia de gasoductos, en el Noreste no hay posibilidades de ofrecer GNC, que es la alternativa económica utilizada en el resto del país. “Sostener un servicio público de pasajeros a 12 pesos el litro requiere mucha imaginación”, reconoce De Paoli. Pero ante la posibilidad de que las bocas de expendio resignen ingresos, aclaró: “Si en algo nos parecemos con los taxistas, es por la preocupación que nos causa la rentabilidad de nuestros sectores”.
Regular el mercado
Para el empresario chaqueño la solución a estos inconvenientes podría aparecer a partir de la“sanción de la ley de comercialización de hidrocarburos”, que garantice a las Pymes la permanencia en la actividad. “Es el mejor remedio para las estaciones de servicio de todo el país”, sostiene.