Desde que la refinería de Ensenada sufrió el incendio, los operadores de la red denuncian que reciben menos combustible que en igual período del año anterior, situación que les genera un perjuicio en la rentabilidad
Justo un mes después de que YPF anunciara que como consecuencia de los daños que sufrió la destilería más importante del país obtendrá un 7 por ciento menos de naftas y gasoil, los expendedores notan que en algunas zonas del país las entregas cayeron aproximadamente en esa proporción.
Oscar Díaz, presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA) advierte que el suministro de combustibles en las bocas de expendio no es el mismo de principios de año. Por eso, el dirigente plantea a la empresa que “compense a las estaciones otorgándole mayor stock en mayo o que les reconozca un importe equivalente a las comisiones no percibidas por la falta de producto”. Entiende que no deben ser los operadores los que deban asumir el costo por las inundaciones en la planta de La Plata.
De hecho, los empresarios le venían reclamando a YPF que suba la bonificación en al menos dos puntos porcentuales para acercarse a los índices que manejan el resto de las marcas. Temen que en las actuales condiciones de comercialización una buena parte de los establecimientos no puedan afrontar los incrementos de sueldo que se avecinan.
“Vamos a insistir con YPF”, promete Díaz. Adelantó que en los próximos días van a solicitar una nueva audiencia con directivos de la empresa a los fines de empezar a delinear algún plan que pueda resolver los problemas financieros de la red ya que todavía siguen vigentes algunas cláusulas que impuso en los contratos Repsol años atrás.
Uno de los ejes centrales que aún permanecen en discusión es el reconocimiento directo o indirecto del impuesto al cheque. Los estacioneros entienden que debe ser la empresa quién asuma este costo porque legalmente es la dueña de los productos, tal como lo establece el sistema de consignación.
Además, durante abril se agregó un nuevo problema: el tope a los precios de los combustibles que dispuso la Secretaría de Comercio en principio por seis meses. El temor es que se congele la rentabilidad y profundice la escasez de combustible.
