¿Qué impacto tiene en la rentabilidad? Por los problemas de inseguridad, para los operadores cada vez es más difícil abonar en efectivo a las petroleras por los riesgos que implica. Un negocio bancarizado, en retroceso y con dificultades financieras.
Los expendedores de combustibles aprovechan las pocas alternativas que disponen para esquivar el impuesto a los débitos y créditos bancarios. Una de las opciones es pagar con cheques de terceros, depositar el dinero directamente en la cuenta del proveedor o hacer uso de las bonificaciones que ofrecen las destilerías. No obstante, en la gran mayoría de los casos, no es posible evitarlo.
Según indica Analía Salguero, presidente de la Cámara de Expendedores de San Juan (CECA) este gravamen representa no menos del 15 por ciento de los ingresos de las bocas de expendio. Es el 1.2 por ciento, sobre comisiones que oscilan entre el 8 y 12 por ciento, dependiendo de la marca que se tome como referencia.
“Lo lógico sería que se eliminara”, plantea en contacto con surtidores.com.ar, considerando que fue instalado durante la crisis del 2001 para fortalecer la caja del sector público pero hoy las condiciones son distintas. Para la empresaria “va en contra de los códigos comerciales”.
Este tema ha sido planteado en oportunidades anteriores ante el secretario de Coordinación y Gestión del Ministerio de Planificación Federal, Roberto Baratta, quién incluso se comprometió a revisarlo, admitiendo su impacto negativo en la rentabilidad de los empresarios, pero no hubo respuestas concretas.
Desde hace varios años, las petroleras dejaron de hacerse cargo del 0.6 por ciento que les corresponde abonar por el depósito que las estaciones de servicio realizan en su cuenta corriente.
Otras, como el caso de Oil Combustibles deja la opción a su red de bocas de expendio de compensar hasta en uno por ciento este tributo, pagando en los primeros días del mes el combustible. “Bonifican una parte si enviamos los cheques con anticipación”, explica la directiva.
