Así evalúan empresarios del rubro de acuerdo a la política que asumió el Gobierno desde que está al frente de YPF, la petrolera que por su trascendencia en el mercado orienta y determina los valores al público. En algunas provincias la empresa estatal logró achicar la brecha con la competencia
Antes de arrancar el 2013, YPF aplicó un incremento del 6 por ciento promedio en todos sus productos, tal cual había adelantado el CEO de la compañía, Miguel Galuccio, durante su presentación del plan de los 100 días. En total, elevó en el último año un 25 por ciento la nafta súper, sumando los ajustes que ya había instrumentado Repsol entre enero y marzo.
Tomas Abdala, presidente de la Cámara de Expendedores de Santiago del Estero, entiende que “viendo la proyección que vienen mostrando los precios de las naftas y el gasoil podemos decir que YPF va a seguir remarcando los surtidores, sobre todo teniendo en cuenta el discurso oficial de los directivos de la empresa”. No quiso arriesgar un porcentaje, pero supone que crecerán en los mismos parámetros que en 2012, próximo a la evolución de la inflación.
Con respecto a la situación en su zona, el dirigente admite que “YPF logró reducir en algunos puntos porcentuales la distancia que mantenía con la competencia”. Si bien todas las marcas iacompañaron los aumentos de la estatal, el resto, como Shell, Esso, Oíl Combustibles y Petrobras, lo hicieron en una proporción menor. “En Santiago del Estero se achicó la brecha con la competencia, no algo sustancial, pero sí pudo dar un paso adelante”, reconoció.
Con estos cambios de política energética, Argentina casi que niveló el valor de los combustibles en el surtidor frente a otros países de la zona, como Brasil y Chile. Tal es así que en algunos casos los productos de origen nacional son más caros que los extranjeros, pese a que gran parte de lo que demanda el mercado interno es producido por las refinerías locales.
Frente a esta tendencia al alza, Abdala opinó: “estoy de acuerdo en que YPF se convierta en una empresa rentable, no comparto la idea de que porque pasó a manos del estado tiene que pasar a ser deficitaria. Hay que acostumbrarse a que las empresas del estado pueden ser competitivas al igual que las privadas”.
El plan de Galuccio propone invertir 37.200 millones de dólares para todo concepto, dinero que se prevé recaudar en un 80 por ciento con recursos propios, lo que inevitablemente implica subir los precios y mejorar la rentabilidad. Para ello, está tomando las medidas necesarias, aunque a un ritmo más lento del que desea la nueva gestión.