Se conocieron versiones periodísticas que aseguran que la petrolera brasileña encargó la venta de activos en Argentina al banco canadiense Scotiabank. Los expendedores de la red se sorprendieron viendo que anunció inversiones en Vaca Muerta y aplicó modificaciones comerciales.
Tiempo atrás, la presidenta de Petrobras, María das Graças Foster, señaló a legisladores de su país que tenía intenciones de desprenderse de algunos de los activos que posee en Argentina con vistas a concentrar sus esfuerzos económicos en las explotaciones Off Shore de Brasil.
De hecho, Foster puso en venta la destilería de Bahía Blanca, su participación en Refinor, dos plantas petroquímicas y campos de gas y crudo, pero ninguna de las ofertas que realizaron empresas de gran porte convencieron a la directiva. Incluso fue rechazada la propuesta de Cristóbal López, del Grupo Indalo, por 900 millones de dólares para controlar el 51 por ciento del paquete accionario.
Cuando parecía que la compañía finalmente optaba por quedarse en Argentina, la agencia de noticias Bloomberg publicó una noticia afirmando que la petrolera encargó al banco canadiense Scotiabank que se ocupe de comercializar varios de los negocios que maneja en nuestro país, principalmente los referentes al Downstream.
La noticia sorprendió a las estaciones de servicio de la red. Carlos Pinto, propietario de una estación Petrobras y Gerente General de la Cámara de Expendedores de Río Negro y Neuquén (CECNERN) asegura que la bandera está realizando mejoras operativas que no dan cuenta de una empresa en proceso de retirada. “No me coincide con lo que palpo en el negocio”, expresó.
Pinto mencionó algunos de los cambios comerciales positivos de la red: “ahora tenemos abastecimiento pleno, nos traen todo el combustible que queremos; agregaron un nuevo producto a las estaciones, el Diésel Pódium y están realizando inversiones en Vaca Muerta”.
Pinto cuenta además que la semana pasada se conoció un compromiso de inversión de Petrobras con las autoridades locales por 1.200 millones de dólares en un plazo de 10 años, además de un «bono fijo» por la renovación de 100 millones de dólares, pagaderos en tres cuotas. Apunta a los yacimientos que dispone en la zona.
