Experiencias y anécdotas de una estación de servicio que cumplió 50 años de historia

El padre de Omar Inesta fue uno de los tres socios fundadores de “El Cruce S.A”, boca de expendio ubicada en el ingreso principal a la ciudad de Resistencia, sobre la Ruta Nacional 12, que el 14 de agosto celebró su 50 aniversario. ¿Toda una hazaña, no? Pocas empresas se mantienen desde aquella época.

Es de marca YPF desde el primer día y gran parte del personal que presta funciones comenzó por aquellos años. Según cuesta Inesta hijo, como toda estación rutera, trabajaba principalmente con la venta de gasoil, al punto que por momentos logró despachar 1.600.000 litros. Los camiones la elegían como punto de abastecimiento y descanso.

Por cuestiones de mercado, el empresario diferencia que “ahora estamos mutando a una estación casi de ciudad”, con un mix de productos que se compone de un 45 por ciento de naftas y 55 de diésel. Se trata de cambios que vivenciaron gran parte de los comercios de rutas del interior del país. “Antes era una estación camionera, pero se está haciendo la autovía y se complica el ingreso de vehículos pesados”, compara.

Por lo tanto, el operador explica que hoy el eje comercial está puesto “en la atención del auto; nada que ver de la rusticidad a la que estábamos acostumbrados para atender a camioneros”.

En tanto, señala que la formación de los empleados es uno de los desafíos. “Nos costó mucho adaptarnos porque teníamos personal activo desde hace mucho tiempo; hay clientes nuevos que quieren otra atención y agilidad en el servicio. Eso nos costó y nos está costando, pero creemos que vamos por el buen camino”, cuenta.

Tras tantas décadas de estar en funcionamiento, Inesta recuerda un sinnúmero de anécdotas. “Una vez se le cargó nafta en vez de diésel a un auto de alta gama y el propietario, que era una persona de peso de Buenos Aires, se enojó mucho porque hizo varios kilómetros y el auto entró a fallar. Entonces le hicimos todos los servicios, se le ofreció quedarse en un hotel y después de mucho tiempo volvió y nos agradeció por la atención que había recibido”.

El secreto

¿Cuál fue la clave para permanecer 50 años en el rubro? Inesta deja entrever algunos éxitos de la gestión: “a lo único que aspiramos es a tener una buena relación con el cliente y el personal. Acá no hay presidente, somos un grupo de personas que queremos trabajar. Esa fue la clave, entender que somos una familia. Y así vemos que el personal nos responde; cuando podemos organizamos asados”.

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