Emilio Apud, ex secretario de energía, coincide con el proyecto de ley de comercialización de los combustibles que presentó ayer en el congreso la multisectorial que, entre otros objetivos, propone asegurar que las bocas de expendio puedan adoptar su propia estrategia comercial, independientemente de lo que sugiera la petrolera que las abastece.
Como suele ocurrir en todos los asuntos de la economía, en lo que respecta a políticas para el sector energético, también conviven dos visiones sobre la posición que debería mantener el Estado respecto de los precios de las naftas y gasoil al público. Una de ellas propone fuertes regulaciones al sector privado; la otra, por el contrario, deja que el mercado actúe por sí mismo.
Emilio Apud, ex secretario de energía, considera que la segunda de estas posturas es la aconsejable para conseguir que esté garantizado el suministro en las estaciones de servicio. Es la alternativa que en su opinión logra atraer inversiones para aumentar la capacidad de refinación.
Es a partir de esta línea de pensamiento que asegura estar de acuerdo con la propuesta que ayer presentó la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA) en conjunto con la Federación que representa a los empleados de la actividad para dejar en los operadores minoristas la definición del costo en surtidor.
Por su contacto directo, los estacioneros son los que en mejores condiciones se encuentran de testear el movimiento de la demanda. “Me parece bien que se pongan de acuerdo los principales actores del sector”, afirmó en diálogo para surtidores.com.ar respecto del armado de la multisectorial con vistas a proponer un marco jurídico.
En la actualidad las petroleras son las que terminan definiendo el importe en las pizarras, ya sea indirectamente a través del esquema de sugerencias o por medio del sistema de consignación, cuestionan los expendedores. Sin embargo, Apud plantea que en muchos países este modelo de corte liberal ha arrojado grandes resultados.
Hace una comparación para graficar su idea, teniendo en cuenta la fuerte baja del barril de petróleo en el mercado internacional: “El precio de los combustibles tendría que haber bajado un 15 por ciento, como pasó en Estados Unidos y Europa”. Y refuerza la idea: “Al caer el crudo en el mercado influye en el precio en surtidor. Ese es el criterio”.
El especialista analiza que “cuanto menos se regule mejor”. Caso contrario, alerta que “un funcionario antes de las elecciones fija los valores baratos pero genera desabastecimiento y adulteración”.
Apud advierte que “una empresa privada con el 60 por ciento de la participación de las ventas, puede ser peligroso, porque se puede engolosinar y aumentar. Pero si hay competencia, la gente a igualdad de calidad, va a la nafta más barata. No hay lealtad por una marca”.