Consideran que será difícil sostener el bajo costo del metro cúbico en el surtidor – a través de subsidios – debido a que el 40 por ciento del gas que hoy se consume en el país proviene del exterior y se paga a valores internacionales, muy superiores a los que rigen en la plaza local
El metro cúbico de GNC cuesta hoy la tercera parte que un litro de nafta súper en cualquier marca y puesto de venta del país. En las bocas de YPF, por ejemplo, la de 95 octanos se ofrece por encima de los 8 pesos, referenciando las estaciones del interior, mientras que el GNC no llega a los $2,80. A pesar de los distintos importes que maneja cada provincia, la relación entre uno y otro combustible se mantiene invariable desde hace varios años.
Sin embargo, esta estabilidad podría cambiar en el corto y mediano plazo como consecuencia de la creciente necesidad de importación que presenta el gas por la caída de la producción local. Por este nuevo problema que enfrenta el sector, Jorge Lapeña, ex Secretario de Energía de la Nación, considera que “desde hace varios años el bajo precio del GNC no se justifica”. Asegura que era razonable cuando “no pagaba impuestos”, en la década de los 80, “pero no en la actualidad, ya que somos un país energéticamente dependiente”.
En este nuevo contexto, advierte que “nos tendremos que ir acostumbrando a la idea de que el GNC tiene que acercarse en precio a la nafta y el gasoil”. Desde su punto de vista “no hay otra salida” que bajar los subsidios y “el gobierno deberá asumir los costos políticos de este ajuste, que es consecuencia de la desastrosa política energética llevada adelante durante esta década perdida”.
El dirigente sostiene que los bajos precios llegaron a su fin debido a que actualmente el 40 por ciento del gas natural que hoy demanda el país proviene del exterior. Precisa que desde Bolivia se hace a un costo de 10 dólares el millón de BTU y por medio de barcos – Gas Natural Licuado – a 17, es decir, entre 3 y 6 veces más de lo que pagan realmente los consumidores locales. “Esto es algo sumamente ilógico y tiene que ser corregido gradualmente, protegiendo a los sectores sociales carecientes”, señala.
Esta importante brecha que hasta el momento marcan las pizarras fue el principal factor que impulsó las ventas de equipos de conversión a gas en los últimos años. En lo que va de 2012 crecieron aproximadamente un 20 por ciento, en comparación igual período del año anterior, principalmente sobre los vehículos recién salidos de fábrica y que tienen pocos años de uso.