Consideran que acompañarán la devaluación del dólar oficial y que además se ajustarán conforme a la suba que experimente el petróleo en el mercado interno, estimada en un 10 por ciento hasta diciembre. No descartan que al reacomodarse la cadena de comercialización se reduzca los márgenes de las empresas refinadoras.
El dólar oficial acumuló un alza del 15 por ciento en lo que va de 2013. Sólo durante el mes de agosto creció un 3 por ciento, ritmo que se asemeja al de la inflación real de la economía. Las perspectivas para lo que queda del año indican que la moneda extranjera continuará en este sentido, sobre todo teniendo en cuenta que la balanza comercial viene en franca caída y desde el Gobierno trabajan para mejorar la competitividad de los sectores exportadores. La sed de dólares impulsa las políticas en esta dirección, a pesar de que los sectores de menores ingresos se ven perjudicados en su poder de compra.
A este contexto macroeconómico se suma en el sector energético otro problema específico: la producción de hidrocarburos atraviesa una indeclinable curva descendente y en consecuencia se vaticina un incremento del 10 por ciento sobre el precio que las destilerías pagan por el crudo liviano. De acuerdo a los expertos el barril de petróleo llegará a 83 dólares en diciembre, lo que representa un 8 por ciento más de lo que cotizó en julio pasado.
Daniel Montamat, ex Secretario de Energía, explicó a surtidores.com.ar los efectos que este escenario puede generar sobre las compañías dedicadas al downstream: “el aumento de los valores finales de los combustibles permite el reacomodamiento de los márgenes en las cadenas de valor”. A partir de estos cambios, dependiendo de la magnitud del ajuste, advierte que “puede que se reduzca un poco el margen de refinación a favor de la renta de los productores”.
En definitiva, se produciría una transferencia de ingresos a las empresas que participan del negocio de la explotación de crudo y gas, salvo que luego trasladen los incrementos a las estaciones de servicio, medidas que no están bajo ningún punto de vista descontadas.
De hecho, en el último año las naftas se actualizaron muy por encima de los niveles de inflación, al punto que en todo el país – salvo Capital Federal y algunas zonas del Gran Buenos Aires – la variedad más cara supera los 9 pesos el litro. En el Noreste ya se ofrece a 10 pesos.