A contramano de la tendencia que prefiere inclinarse por la movilidad eléctrica o el gas licuado de petróleo, en Estados Unidos comienza a tomar fuerza la opción del GNC. Una terminal líder americana anunció que lanzará su camioneta emblema adaptable a este combustible. La banca mundial también está interesada en su desarrollo.
Estados Unidos es un mercado diferente para los fabricantes de automóviles, pocos saben exactamente cómo trabajar con el cliente norteamericano y Ford es uno de ellos, por este motivo es el líder en el número de camionetas vendidas. La F-150 es todo un símbolo de poder, autoridad y robustez pero esto es solo su estética ya que por dentro tendrá un pequeño corazón ecológico.
¿De que se trata? El gigante americano anunció que venderá la renovada F-150 con una variante propulsada por gas natural para convencer a aquellos futuros clientes preocupados con el medio ambiente y que desean que sus emisiones sean menos nocivas.
En materia de costos Ford afirma que cualquier F-150 equipada con ese motor podrá adaptarse, con solo desembolsar un adicional de 315 dólares si es pedido con anticipación mientras que si se desea hacerlo después, el cliente tendrá que abonar entre 7.500 y 9.500 dólares, en función de la capacidad del cilindro que escojan.
En ese país el GNC suele tener un precio más estable en el tiempo que la nafta además de ser un poco más económico y es que en función del Estado, se puede comprar un galón de gas (3.8 lts) por solo 1 dólar aunque es posible verlo por 2 dólares en algunos establecimientos. La misma cantidad de nafta en tanto, cuesta 2,50 dólares mientras que por su lado el diésel sube hasta los 2,80.
Ford es uno de los líderes indiscutibles en el sector de los automóviles impulsados a gas y es que desde 2009 ha vendido más de 57.000 unidades alimentadas por GNC, siete veces más que el resto de fabricantes estadounidenses juntos. El pasado año alcanzó casi los 17.000 coches comercializados y con el F-150 aspiran a mejorar estas cifras.
La banca mundial también se interesa en el GNC
El banco de inversión Morgan Stanley presentó hace algunas semanas un documento destinado a construir y administrar una de las primeras instalaciones de exportación de Gas Natural Comprimido de Estados Unidos. Según trascendió, el documento presentado a la Oficina de Energía Fósil del Departamento de Energía de los Estados Unidos, contiene información relativa a la instalación y operación de una instalación en las cercanías de Freeport, en el estado Texas, con capacidad para despachar 60.000 millones de pies cúbicos de gas natural comprimido al año, y que tendría como clientes a países de América Central.
Si bien el tamaño del proyecto es relativamente pequeño, para quienes suelen poner la lupa en los negocios de avanzada que entidades de la talla de Morgan Stanley llevan a cabo, lo llamativo es que se trata de gas comprimido y no licuado, además de explotar el estatus de la entidad financiera como uno de dos bancos de Wall Street a los que se permite tener y operar infraestructura de materias primas. El otro es Goldman Sachs.
El gas natural comprimido ha demostrado ser una fuente relevante de energía y en los Estados Unidos no sólo es utilizado a menudo para proveer de energía a camiones y autobuses, sino además ha sido incorporado recientemente en los segmentos de camionetas y automóviles por tratarse de una energía limpia y económica que ha capitalizado los adelantos tecnológicos para facilitar su implementación.
