La diferencias entre un litro de nafta súper y un metro cúbico de GNC alcanzó un máximo histórico durante todo el año pasado, tendencia que según los empresarios del rubro va a continuar en el futuro de acuerdo a la realidad del mercado de los combustibles. La conversión de vehículos mantuvo el ritmo de crecimiento
La industria del GNC presenta expectativas muy favorables de cara a los próximos años especialmente por la decisión de la petrolera estatal de subir los precios de sus combustibles para financiar el pan de obras del próximo quinquenio
Este año, las empresas que venden equipos de inyección mostraron una evolución positiva hasta el mes de septiembre, cuando el Gobierno Nacional aplicó un ajuste sobre el precio que las estaciones de servicio pagan por el gas que después comprimen. A partir de ahí bajó el movimiento comercial debido a la confusión que generó la noticia entre los potenciales clientes. Según admiten referentes del sector no se llegó a cumplir con la meta que se proyectó a principios de año: convertir 140.000 vehículos a GNC, pero las ventas mantuvieron los niveles de 2011, con 120.000 unidades nuevas en la calle.
Además, una novedad que presenta la actividad es que la mitad de los equipos que se venden se instalan sobre autos recién salidos de fábrica. Los avances tecnológicos que han incorporado los talleres ayudaron para terminar con el mito de que el gas “hace mal al motor”.
Mientras tanto, los empresarios del rubro estiman que en los próximos meses los interesados que en 2012 desistieron de traspasar el auto a GNC volverán a consultar por los tubos de gas debido a la gran relación de ahorro que genera en comparación con los combustibles líquidos. “La diferencia de precios con las naftas y el gasoil es cada vez más interesante”, explican.
Argentina dispone actualmente con 1.919 estaciones de servicio que despachan GNC y más de 2 millones vehículos convertidos, ocupando por esto, un puesto en el podio de los países que utilizan este combustible gaseoso.