Conseguir una manguera de despacho resulta una epopeya para cualquier expendedor. En el mercado prácticamente no existen debido a que el único importador no puede ingresarlas al país. La distribuidora de gas clausura el surtidor y el Enargas se desentiende de la situación. Empresarios en alerta.
A medida que pasan los días la desesperación va ganando el ánimo de los expendedores de GNC. Es que aquel que debe reemplazar un chicote, ya sea por concluir su fecha de uso o por defectos propios del material, se ve imposibilitado de hacerlo por el total desabastecimiento del producto en el mercado, situación que pone en riesgo la continuidad del establecimiento.
La distribuidora de gas actúa sin contemplaciones: si no hay reposición se clausura el surtidor. Así lo establece la norma NEG-E-409, que obliga a cambiar la manguera una vez por año. Claro que cuando se redactó, era inimaginable que por el control de divisas y el plan de sustitución de compras al exterior, el único importador habilitado no podría ingresarlas al país.
“El remanente que había en el mercado se agotó”, explica el expendedor cordobés Julio Kademian. Relata las peripecias que deben enfrentar para conseguir un chicote: “no hay en ninguna provincia y tampoco se pueden prensar artesanalmente porque deben estar acompañadas de un certificado habilitante, en este contexto el escenario es muy complicado”, alertó.
La preocupación alcanza también a los proveedores de tecnología aplicada que tampoco cuentan con stock. “El faltante es total y el que las tiene no quiere prestarlas porque en estas condiciones nadie se la podrá devolver”, resumió Kademian.
Quien debería mediar para aliviar esta situación es el Ente Nacional Regulador de Gas, no obstante el organismo se desentendió absolutamente del problema. A pesar de ser por estos días el mayor desvelo de la actividad, los responsables del área afirman desconocer el tema aunque aconsejan enviar una nota explicando los motivos del reclamo.
Sin embargo no precisan cual será la respuesta ni tampoco cuando lo harán; lo cierto es que sin una orden oficial la distribuidora desactiva el despacho. Y como están los tiempos para cualquier estación de servicio, especialmente este mes cuando por el aguinaldo los costos operativos se inflan de manera considerable, nadie está en condiciones de permitir esta arbitrariedad.
