Es el promedio de los primeros meses de 2014. Empresarios aseguran que la quita de subsidios al gas en boca de pozo – el que pagan las estaciones de servicio – no afectará las colocaciones de equipos; la industria opera a un 70 por ciento de la capacidad instalada pero se espera incrementar la utilización con el correr de los meses.
Todas las variables auguran un buen futuro para el sector del Gas Natural Comprimido. Los combustibles líquidos crecen a un ritmo superior al 40 por ciento anual, lo que desata una brecha de precios con el metro cúbico de gas en surtidor sin precedentes y motiva a quienes utilizan el auto para trabajar a evaluar el paso a este combustible.
Esta tendencia se empezó a gestar en 2013, cuando la nafta súper se ubicó cerca de los 10 pesos por litro en el interior del país, pero se asentó a comienzos del año en curso, tal como lo confirman las estadísticas que elabora el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) que miden la evolución de las ventas de equipos de tercera y quinta generación.
“Estamos en un momento de alta en las conversiones”, destaca Hugo Lamy, presidente de la Cámara Argentina de Productores de Equipos Completos (CAPEC). Aclara que no se llegó al nivel de actividad que existía en 2004, durante la época dorada del sector, pero reconoce que “las colocaciones se van a mantener en un promedio de 14.000 mensuales” durante este año por la diferencia de precios que se generó con los combustibles líquidos y los avances tecnológicos alcanzados.
Respecto del programa de “Consolidación del uso racional y eficiente del Gas Natural y el Agua” que anunció el Ministerio de Planificación Federal días atrás para reducir el subsidio en el precio del gas en boca de pozo en un 42 por ciento, al llevarlo de 45.49 centavos a 73.24, estima que no va a modificar las perspectivas de ventas. El aumento que se trasladará a las pizarras de las estaciones de servicio entiende que será de bajo impacto para el consumidor.
A pesar de este buen momento los talleres están operando entre un 60 y 70 por ciento de las posibilidades de producción, por lo que tienen margen para potenciar la instalación de sistemas de inyección en rodados de diferentes calibres, incluso en camiones.
Lamy explica que esta capacidad ociosa es consecuencia de la caída de las exportaciones de los últimos años. Entre 2003 y 2007 se produjo una sobreinversión por parte de las compañías, “pensando que el mercado externo iba a perdurar en el tiempo”, sin tener en cuenta que “estos picos de venta son volátiles”.