La aparición de nuevas plantas abre la puerta para el embanderamiento de locales independientes. Empresarios aseguran que conseguir un proveedor fijo, con garantía de abastecimiento y buenos precios, es la única alternativa que les queda para subsistir en el negocio. Solicitan que el Gobierno Nacional apoye estas iniciativas.
Las bocas de expendio que no cuentan con el abastecimiento de una petrolera de importancia y trayectoria – como YPF, Esso, Shell, Petrobras y Oil Combustibles -esperan que las pequeñas plantas de procesamiento de combustibles que están empezando a operar en el mercado tengan dentro de su plan estratégico la incorporación de puestos de venta.
Una de las fichas está puesta en Petrolera Argentina, empresa de capitales nacionales creada en 2001 que hace tiempo puso en marcha una refinería en el complejo industrial de Plaza Huincul, Neuquén, que manejará el 7,5 por ciento de la producción de naftas y gasoil de toda la plaza y promete alcanzar el 9,3 por ciento en 2015.
Las expectativas tienen un sustento real. Miguel Ryndycz, director de negocios del Grupo Más Energía – propietario de Petrolera Argentina – adelantó a este medio tiempo atrás que está en el programa de la compañía comercializar productos a través de una red propia de estaciones de servicio en el corto plazo. “Tenemos esperanzas por la aparición de esta empresa”, destaca Manuel García, presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio Independientes (AESI).
Se suma además el reciente anuncio de Petro San Juan S.A, una firma constituida por capitales nacionales, de origen italiano y portugués, que ha comenzado la construcción de una destilería en Cuyo que también proyecta ubicar sus combustibles con marca propia. “Si estas compañías pueden llegar al estacionero blanco de forma directa probablemente tengamos mejor precio y potenciemos las ventas”, confía el dirigente.
Más allá de estas inversiones que se abren en el sector privado, García exige al Estado que tome medidas para garantizar que las bocas blancas puedan trabajar en igualdad de condiciones que las embanderadas. “El Gobierno se llena la boca hablando de que se trabaja para la pequeña y mediana empresa pero es de la boca para fuera. En la práctica acá los que pagan los platos rotos son justamente las estaciones más chicas, principalmente las independientes”, criticó el titular de AESI.