Juan Aranguren: «Si el dólar se mantiene, el precio de la nafta ya está en equilibrio».

not_1333_Barco ShellJuan José Aranguren, presidente de Shell desde 2003, dice que Argentina es un país que acostumbra a dar sorpresas. Néstor Kirchner en 2005 fue el primero en etiquetarlo cuando llamó a boicotear la petrolera porque había subido la nafta. Después siguió lo que se convirtió en una manía de Guillermo Moreno que buscó aplicarle la actual ley de abastecimiento. En enero lo culparon de la devaluación. Pero Aranguren salió invicto en todas las instancias judiciales. Estos días en Shell hay clima festivo y en cada piso de su sede, donde ayer recibió a Clarín, se recuerda que la segunda mayor petrolera del mundo cumple un siglo en el país.

-¿Con un alza de 60% en el año, la nafta alcanzó un techo o seguirá aumentando?

— Shell compra petróleo crudo cotizado en dólares aunque lo paga al cambio oficial y luego lo vende en pesos en el mercado. Si el dólar aumenta, tracciona los costos. El crudo aumentó 4 dólares desde setiembre de 2013 a hoy y el tipo de cambio estaba hace un año en $ 5,70 y actualmente en $ 8,40. El petróleo crudo subió en pesos 55%. Además, en 2013 fijaron un precio tope a los combustibles durante casi 8 meses. Y hoy se está recuperando ese atraso.

-¿Vienen más subas?

-Depende de cómo evolucione el tipo de cambio. Pero si se mantiene el precio del crudo y el dólar oficial se queda, el precio de la nafta ya está en equilibrio. La principal variable para una empresa de combustibles es el tipo de cambio. Este es un mercado que está dolarizado ya que desde 1991 los precios de los petróleos crudos en la Argentina se mueven conforme al dólar.

-¿Con la súper a $12, la nafta argentina ya es más cara que la brasileña?

-Son realidades distintas. Nosotros necesitamos importar producto ya que no alcanza para nuestra demanda interna. Además el nivel de impuesto en la Argentina es el 45% del precio de los combustibles en el caso del gasoil y 49% en la nafta. Cuando se carga el tanque la mitad son impuestos.

-¿Cree que Argentina podrá recuperar el autoabastecimiento?

-Los últimos años vivimos un fenómeno artificial con el consumo de naftas creciendo al 8% anual. En 2013 se vendieron 950.000 vehículos, con valores de nafta y gasoil por debajo del nivel de equilibrio. Argentina debe recuperar el autoabastecimiento. El costo es muy alto. El país importa el 12 a 13% de su energía primaria y nos cuesta US$ 12.000 millones, cuando las reservas son US$ 28.000 millones. El país tiene recursos en su geología para reemplazar importaciones. Los recursos necesitan capital y el capital necesita confianza y reglas.

-¿Qué le preguntan los accionistas de Shell?

-Si para nosotros es difícil entender el país, imagínese para un inglés o un holandés. En Shell nuestra obligación es operar con las reglas y obligaciones legales, laborales, impositivas y ambientales que el país nos exige, porque si no lo hacemos, no podemos estar en situación de exigir respeto a nuestros derechos. Argentina es un país atractivo para el capital externo, pero los cambios en las reglas no siempre son entendidas por los accionistas. Argentina necesita restablecer confianza y después de decidir pagar las sentencias del CIADI, el Club de París, resolver lo de Repsol y tener un nuevo índice de precios más realista, ahora hay otro cambio con una ley anacrónica como la de Abastecimiento. Nos merecemos otro tipo de discusión y no el apuro con que lo están haciendo. Kicillof dijo que seguridad jurídica es para los empresarios hacer lo que se les cante. Esta ley de abastecimiento es para que el Estado haga lo que se le cante. Y no va a ayudar a restablecer la confianza del inversor.

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