Se trata de un moderno y original proyecto que se ubica en la ciudad costera de Batumi, Georgia. Incluye surtidores de combustibles, McDonalds, espacios de recreación y piscina reflectante. La idea es combinar el despacho de combustible con el cuidado del medioambiente. Argentina también se destaca por la innovación de sus instalaciones
El futuro ha llegado a las estaciones de servicio: sostenibles, con accesibilidad universal, una mayor oferta de combustibles, recarga para coches eléctricos…Las nuevas estaciones suman servicios para atender a un consumidor cada vez más exigente. Y se están convirtiendo también en auténticos laboratorios de ideas para innovar en sistemas de eficiencia energética e incorporar mejoras sociales.
El proyecto del arquitecto Giorgi Khmaladze, da buena cuenta de ello: construirá en una de las zonas recién urbanizadas de la ciudad costera de Batumi, Georgia, una de las más modernas del mundo. Incluye además de surtidores de combustibles, un McDonalds, espacios de recreación y piscina reflectante.
Según el profesional, reconocido por su trayectoria en la construcción de edificios ultramodernos, dada la ubicación céntrica y por lo tanto, la importancia del sitio, se decidió devolver la mayor área posible para la reconstrucción de la ciudad mediante la limitación de la huella del inmueble y la circulación vehicular.
Los espacios están formados de tal manera, que dos programas principales – servicios de vehículos y comedores – están aislados unos de otros, tanto física como visualmente por lo que todas las operaciones de la estación se ocultan de la vista de los clientes del restaurante.
La idea es combinar el despacho de combustible con el cuidado del medioambiente. Es por ello que la parte del espacio de comedor ofrece la vista hacia rasgos exteriores de agua, mientras que el patio, rodeado por todos los lados para proteger el espacio del ruido exterior, proporciona calma en los asientos al aire libre. La capa de vegetación, que cubre el voladizo gigantesco de la estación de combustible, añade el entorno natural y actúa como un “escudo ecológico” para la terraza.
La estación de Batumi le otorga continuidad al cambio de esquema de estos negocios, de la cual la española Repsol es una de las precursoras con la boca ubicada la calle Alberto Aguilera de Madrid, la primera del mundo sostenible y considerada “la estación del futuro”.
Desde la concepción del proyecto se ha buscado que su impacto ambiental fuera el mínimo. En su construcción se han empleado materiales reciclados, como papel de 7.000 periódicos para sus paredes o 64 kilos de lana de oveja como aislante. Incorpora asimismo un poste de recarga para vehículos eléctricos y un surtidor de biodiésel B20. Otra muestra de los nuevos tiempos es su estacionamiento para bicicletas. La eficiencia energética ha sido otra de las prioridades y, entre sus avances, el 100 por ciento de la iluminación de la estación de servicio es mediante tecnología LED, lo que supondrá un ahorro en el consumo eléctrico del 80 por ciento.
En Argentina también se consigue
YPF posee en Tigre Nordelta la estación de servicio más moderna de Latinoamérica. Cuenta con fachadas acristaladas con doble vidriado hermético, parasoles y galerías perimetrales de sombra, tratamiento de aislamiento térmico en muros y techos, utilización de maderas certificadas y ecológicas para los revestimientos y el mobiliario interior, sistemas de recuperación de aguas de lluvia para riego, paneles solares fotovoltaicos y sistemas eficientes de control de consumo de agua y energía.
La estación cuenta con una superficie verde en la cubierta superior de aproximadamente 1.100 m2; un sistema de galerías con parasoles que aportan sombra al perímetro; y tratamiento de aislamiento térmico en los muros, fachadas y cubiertas mediante la utilización de doble vidriado hermético y carpinterías especiales. Estas virtudes ayudan a reducir el consumo energético que demanda la climatización de los interiores.
Como contribución al ecosistema y en busca de un menor consumo de agua, la estación recupera el 100 por ciento de drenaje de la cubierta superior (techo) y el 50% de la playa de maniobras. El proceso consiste en almacenar el agua pluvial en un tanque de reserva de 11.000 litros que luego se reutiliza mediante bombeo en el sistema de riego por goteo de la cubierta superior. El excedente pluvial retroalimenta el sistema de lagunas.
El agua proveniente del sistema de recolección pluvial de rejillas perimetrales de las islas, el lubricentro y el lavadero, se canaliza hacia la planta de tratamiento interna (decantadora de barros, interceptora de combustibles y filtrado final) para ser reutilizada en agua de lavadero durante la primera etapa del servicio (sólo el enjuague final se realiza con agua no recuperada). El sistema de extinción de incendios, posee un tanque de 20.000 litros de reserva de agua que proviene de la red de riego de Nordelta, lo que evita la utilización de agua potable para tal fin.
La estación también cuenta con un sistema de tratamiento de aguas grises. Los desagües secundarios (piletas y duchas) se canalizan hacia un pozo de bombeo para ser tratadas en una planta de filtrado y recuperadas para la alimentación de válvulas de descarga de inodoros y mingitorios. Además, los núcleos sanitarios de toda la estación poseen válvulas de doble descarga y griferías de corte automático, lo que colabora con el de ahorro de agua.