Petrolera del Conosur comunicó a la Comisión Nacional de Valores que capitalizará 15 millones de pesos a cuenta de futuras suscripciones de acciones de parte de su accionista controlante, PDVSA. Aseguran que serán destinados a capital de trabajo pero en realidad serán aplicados a la recomposición de su patrimonio.
Una nueva inyección para sus alicaídos fondos recibió la filial local de la petrolera venezolana PDVSA. Esta vez fue de 15 millones, que se suman a los 50 millones recibidos meses atrás con el objetivo de mantener sus operaciones en nuestro país.
La información enviada a la Comisión Nacional de Valores afirma que se trata de un aporte irrevocable con la intención de destinarlo al fortalecimiento del capital de trabajo, aunque también se destaca que “la situación económico-financiera de la Sociedad torna necesaria la recomposición de su patrimonio”.
Petrolera del Conosur, tal es nombre de la firma, cerró 2014 con una pérdida de $ 40 millones y un patrimonio neto negativo de $ 111 millones, producto de la ecuación deficitaria que le insume importar combustibles y destinarlos al mercado local. La empresa no produce ningún producto, de ahí el déficit que ya lleva varios años.
Esta situación también provocó la abrupta caída de su presencia en el mercado interno. Hoy PDVSA comercializa al público la quinta parte del volumen que despachaba hace un año atrás a través de poco más de 60 estaciones que van decantándose de la marca a medida que vencen los contratos de embanderamiento.
Historia con poco vuelo
La petrolera aterrizó en nuestro país hace una década. Su presentación en sociedad fue a toda orquesta cuando el entonces presidente Hugo Chávez ante una numerosa concurrencia de piqueteros y activistas dejó inaugurada la primera estación de servicio ENARSA-PDVSA, una iniciativa conjunta con la energética estatal argentina.
Haciendo gala de encendida retórica, Chávez manifestó: “Esto está apenas naciendo. Este año abriremos 600 estaciones similares”. Lo acompañaba el actual ministro de Planificación FederalJulio de Vido, quien en esa oportunidad sostuvo que intentarían captar las estaciones independientes.
Un año más tarde PDVSA anunciaba su asociación con Sol Petróleo que contaba con más de 150 bocas. Para la petrolera uruguaya era todo un salvataje: por las condiciones de comercialización imperantes que en ese momento perdía dos millones de dólares mensuales.
Las únicas dos estaciones embanderadas fueron desmanteladas en 2010. En realidad pertenecían a la venezolana ya que ENARSA se había desvinculado un par de años antes. La marca nunca penetró en el gusto de los consumidores y los precios del combustible tampoco eran competitivos, a pesar de que las naftas estaban fuertemente subvencionados por ambos gobiernos.
La empresa fue navegando en un mar de indefiniciones hasta llegar a este presente con menos de la mitad de los puntos de venta de los que había arrancado. Muchos incluso solo despachan GNC y los que quedan pelean por subsistir.