En apenas siete días el juez que intervino en la causa pudo comprobar que no se estaban realizando actos ilícitos en los comercios de Villa Gobernador Gálvez que a principios de este mes fueron denunciados por la policía por “estirar” naftas. Luego de avanzar en las investigaciones se confirmó que no había materiales peligrosos y que tampoco funcionaba una destilería.
Sorpresa, bronca y desesperación. Son las emociones que sintió una familia que con ansias de crecimiento ingresó hace cinco años en el negocio de los combustibles, luego de padecer en sus instalaciones – tres bocas de expendio y un depósito – un gran operativo policial autorizado por una orden de allanamiento judicial. En ese lugar se suponía que un laboratorio ilegal “estiraba” combustible para comercializarlo en la zona.
Según cuentan los operadores damnificados el procedimiento comenzó cuando efectivos de las fuerzas de seguridad aseguraron a la justicia que en un depósito de la ciudad funcionaba una pequeña refinería de naftas y gasoil no autorizada por la Secretaría de Energía que se dedicaba a elaborar y adulterar productos para volcarlos en el mercado negro.
A los pocos días de concluir las pesquisas, la Justicia dejó sin efecto la causa tras corroborar que en el local sólo se encontraban tanques antiguos, incluso oxidados, que dado su estado y por sus capacidades era imposible que funcionara una distribuidora. Tiempo después se supo que dichos recipientes fueron instalados por la fábrica de membranas asfálticas que funcionaba antiguamente en el galpón pero que nunca se retiraron.
De acuerdo al expediente todas las denuncias fueron rechazadas: se pudo verificar que los camiones estaban completamente vacíos, los tanques no tenían elementos contaminantes y que tampoco había residuos peligrosos. Además se constató que la firma presenta todos los papeles en regla, tanto a lo que respecta a cuestiones impositivas, medioambientales y comerciales. Por eso las clausuras dispuestas fueron finalmente levantadas, ya que el supuesto “laboratorio clandestino de combustibles” no registraba actividad desde hace varios años.
El hecho fue difundido por el diario “La Capital” de Rosario, el matutino de mayor tirada en la región, lo que generó un grave perjuicio moral para los expendedores involucrados. Las ventas, sin embargo, se mantuvieron sin cambios en los tres comercios que administran gracias a la confianza de los consumidores de esa pequeña localidad.
Sin embargo, el efecto de la nota periodística implicó para los estacioneros un daño de consideración a la imagen de las empresas y es por eso que exigen que sea íntegramente resarcido: iniciarán acciones legales contra “La Capital”, por montos que todavía no fueron difundidos.
Allanan estaciones de servicio y desbaratan un laboratorio dedicado a adulterar combustibles