Así analizó la presidenta de la entidad Rosario Sica, a la decisión de la legislatura porteña de excluir el impuesto a las naftas para financiar el traspaso del Subte. “Macri no podía cargar sobre sus espaldas la defunción de las estaciones de servicio de la ciudad”, expresó.
La Legislatura porteña aprobó la madrugada de ayer el traspaso del servicio de subterráneos y el Premetro a la órbita Ciudad de Buenos Aires, tras extensas negociaciones en las que se dejó de lado la posibilidad de aplicar un impuesto a las naftas, el gasoil y al GNC, situación que hubiese derivado en la migración masiva de automovilistas hacia la provincia.
La Presidenta de la federación de Empresarios de Combustibles (FECRA), Rosario Sica, fue quien trabajó duramente durante varias jornadas para torcer el brazo del oficialismo. Recorrió los despachos de todos los diputados para explicarles los inconvenientes que implicaban aprobar un aumento de los combustibles para subsidiar el subte.
“La quita del impuesto fue un triunfo de FECRA”, manifestó exultante la dirigente. “Aquí estuvimos desde el primer día solo nosotros, del resto de las entidades no participó nadie”, afirmó a modo de cuestionamiento sectorial.
El día de la votación, incluso, se mantuvo incólume 20 horas dentro del palacio legislativo luego de sortear numerosas dificultades para poder ingresar al recinto. “Hablé con cada bloque y los persuadí de que la iniciativa no tenía fundamentos”, sostuvo con el convencimiento de que el cambio fue fruto de su gestión.
Incluso rechazó una audiencia con el Jefe de Gobierno Mauricio Macri por temor a perder la compostura. “Estaba muy mal asesorado pero recapacitó, sabía que no podía cargar sobre sus espaldas la defunción de las estaciones de servicio de la ciudad y la pérdida de tantos puestos de trabajo”, expresó.
Al inicio de las tratativas, el PRO necesitaba 31 votos para aprobar la ley pero contaba con 26 propios más otros dos aliados de la Coalición Cívica Y de Buenos Aires para todos, mientras que buscaba sumar el apoyo de los dos diputados radicales. Con las modificaciones, la iniciativa del oficialismo porteño contó con la aprobación general de 46 diputados mientras que 12 votaron en contra.
