En el acumulado a septiembre se vendió al exterior por US$ 316,7 millones, casi 20% más que el mismo período de 2013; el aumento de los precios es una de las razones
El sector energético no deja de acumular rarezas. Aunque durante el kirchnerismo la Argentina perdió el autoabastecimiento en esta materia e incrementó la importación de naftas, de gasoil y de gas, de la mano de la recesión económica y la caída del consumo que se instaló desde el primer trimestre de este año comenzaron a sobrar algunos combustibles que antes se consumían en el país. Es el objetivo opuesto al anhelo oficial, que siempre pregonó la conveniencia de usar la producción primaria a nivel local para vender afuera productos de mayor valor agregado.
Hasta septiembre se exportaron gasoil grado 2 (común), otros tipos de gasoil y de naftas, gasolina natural, productos livianos y medianos por 316,73 millones de dólares. El número supera en casi un 20 por ciento a las ventas al exterior en los mismos rubros en el mismo período del año pasado. E incluye productos que, si la economía gozara la salud de otras épocas, se utilizarían en el país.
Las propias petroleras (un grupo liderado por YPF y compuesto también por Shell, Petrobras, Oil y Axion, que aún opera la mayoría de sus estaciones bajo la marca Esso), que hasta hace poco debían importar una parte de su producto para atender la demanda interna, comenzaron a alertar sobre el tema.
«A raíz de la caída de la demanda, en los últimos meses se ha evidenciado la necesidad de exportaciones de grados de naftas de mediano octanaje», plantea Axion como una novedad en su balance del tercer trimestre. Según la empresa, «los volúmenes de importación de gasoil para el mercado local han sido menores en este trimestre, evidenciando una demanda más acotada y una mayor producción». Y agrega: «En materia de naftas, no se han registrado importaciones en el período por las mismas razones mencionadas, lo que dio lugar a algunos saldos exportables».
Aunque los nuevos saldos exportables son una mala noticia si se lo evalúa como un termómetro de la marcha de la economía, le dan algo de oxígeno a la crisis cambiaria que atraviesa la Argentina, ya que las ventas al exterior y las menores necesidades de importación implican el ingreso de dólares al país. La felicidad, sin embargo, no es completa, ya que en los últimos meses el precio internacional del crudo está en caída y arrastró consigo a los valores de los derivados del petróleo.
Los sobrantes de combustibles, todavía pequeños, contrastan de todas maneras con la imagen que mostraban las estaciones de servicio algunos años atrás. Colas para llenar el tanque, la amenaza permanente del quiebre de stock en las bocas de expendio y mangueras cruzadas por falta de combustibles eran una postal corriente.
La crisis de las estaciones de servicio dejó algunas frases memorables emitidas por funcionarios. Siempre colaborativo con esa clase de empresas, quizá la más recordada es una del entonces secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno, que en octubre de 2006 ironizó con que iba a «llover gasoil». La tormenta no llegó, pero el suministro mejoró de a poco. La recesión terminó ahora de cumplir la promesa de Moreno.