En los últimos tres años los despachos de naftas en las estaciones de servicio escalaron 15 por ciento en desmedro de los de gasoil que se derrumbaron casi en idéntico porcentaje. El GNC también disfruta del aumento de la demanda. ¿Es momento de volcarse por una boca dual?
Los vaivenes del mercado de los combustibles modificaron la estructura tradicional de las estaciones de servicio. Dos décadas atrás, el gasoil hacía furor entre los automovilistas, que volcaban su preferencia por la ventaja económica que proponía. Eran tiempos de crisis y todo argumento era válido para defender el bolsillo.
De acuerdo a un relevamiento efectuado por el periodista,Claudio Zlotnik, en enero de 2001, con la convertibilidad aún vigente, un litro de gasoil se pagaba 0,519 peso contra 1,054 peso de la nafta súper. O sea, la diferencia era del doble. Cinco años después, a comienzos de 2006, el escenario ya era bien distinto. Mientras la nafta súper costaba 1,889 peso, el litro de gasoil había escalado a 1,439 (un 31 por ciento más cara la súper).
Un año más tarde la brecha se siguió acortando. El litro de nafta súper quedó congelado en 1,889 peso y el gasoil saltó a entre 1,50 y 1,60 peso, de acuerdo con la marca elegida por el consumidor. Es decir, la disparidad oscilaba entre apenas el 18 y el 26 por ciento. El incentivo de adquirir un diésel fue cada vez menor, aun cuando fue eliminado el impuesto sobre la venta de autos gasoleros.
Actualmente la distancia que separa ambos combustibles es del 10 por ciento. El motivo resulta más que suficiente para desestimar la elección por el diesel y así se refleja en los surtidores: en los últimos tres años los despachos de naftas en las estaciones de servicio escalaron 15 por ciento en desmedro de los de gasoil que se derrumbaron casi en idéntico porcentaje.
Pero no solo los líquidos forman parte del escenario de una boca de expendio, el GNC ya es un anexo indisoluble de cualquier establecimiento. Es por esta razón que cada vez más expendedores se vuelcan hacia el suministro de este producto, no de modo exclusivo, sino compartiendo el espacio entre todas las ofertas posibles.
Según estadísticas de la Secretaría de Energía, en junio de 2013 había 520 bocas de gas exclusivas y 1132 duales. Al presente esta cifra se extendió, en el primer caso a 534 (+2.7 por ciento), mientras que para el segundo, pasó de 1132 a 1217 (+7.5 por ciento). Como se puede observar, ante la incertidumbre los empresarios las prefieren mixtas, ya que aseguran, “diversificarse es la mejor manera de permanecer en el negocio”.