Es por la tendencia del mercado. El 70 por ciento de los vehículos que se producen en nuestro país son nafteros mientras que los utilitarios casi en su totalidad todavía preservan el modelo diesel. Es que la carga impositiva que grava el gasoil, termina encareciendo el valor final mientras que los nafteros se pueden convertir a GNC.
Rápidos de reflejos, los estacioneros están comenzando a reconvertir los surtidores de gasoil de modo de utilizarlos para el despacho de naftas. Es que de acuerdo a datos del mercado el parque automotor está conformado actualmente en un 55 por ciento por rodados nafteros, 17 por ciento mixtos – los que funcionan tanto con nafta como Gas Natural Comprimido – y apenas un 28 por ciento que consumen diesel.
Según explican especialistas esto se debe a que los vehículos gasoleros, a pesar de que ya de por si son más caros, tributan un 12 por ciento adicional que el resto. Además, si el precio de lista supera los $150.000 sufre otra recarga impositiva del 10 por ciento, en concepto de impuesto al lujo, lo que determina un aumento del 22 por ciento sobre el costo final.
A esta variable económica se suma que los motores nafteros han evolucionado su tecnología notablemente en los últimos años, ganando ventajas en cuanto al peso, nivel de consumo, emisiones de gases contaminantes, potencia o performance, entre otras cuestiones, equiparando la autonomía que anteriormente hegemonizaban los diesel.
No obstante ésta tendencia, hay marcas como Peugueot, Volkswagen y Ford que todavía mantienen su cadena de producción en base a vehículos diésel. La participación en el mercado de cada combustible varía en función del segmento al que apuntan, aunque en un 95 por ciento la venta de utilitarios permanece en el modelo gasoil.
Chevrolet y Renault, por su parte, dadas las características de sus automóviles priorizan fuertemente la elaboración de nafteros. El mercado de exportación, que es mayor e importante con respecto al interno, también se concentró en la producción de este tipo de rodados, debido a las condiciones comerciales y de calidad que presentan los contratos con el exterior.
Según indicaron desde la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA) durante 2012 la industria produjo 643.912 autos, de los cuales apenas 23.045 fueron lanzados con motores gasoleros, lo que representa tan sólo un 3,58 por ciento. Asimismo, sumando los vehículos livianos, principalmente utilitarios y otros rodados, la cifra asciende a 805.564 mientras que la proporción que utiliza naftas también sigue siendo claramente superior, del 86 por ciento.