Hartos de ceder rentabilidad, los expendedores de combustibles reclaman la creación de un organismo federal que coordine el aspecto tributario, teniendo en cuenta el accionar de los gobiernos locales, provinciales y el nacional. ¿Cómo impacta la burocracia en el negocio?
Entre las exigencias de las petroleras y de las distintas autoridades, los dueños de las bocas de expendio pasan gran parte del día derivando a los asesores contables las preocupaciones legales. Sin dudas, es un aspecto que fue cobrando cada vez más relevancia en los últimos tiempos, por la voracidad fiscal con la que el Estado trata a la actividad.
Sobre este punto, Ángel Luis Bigatti, contador y ex director de Rentas de Formosa, además de presidente de la Asociación de Estaciones de Servicios de esa provincia, analiza que “la república argentina es un país diverso, federal, donde hay municipios que tienen más población que incluso algunas provincias, como ocurre en Buenos Aires, pero sin embargo, no existe una comisión en materia impositiva, de reglamentación, que asesore y coordine este tema”.
“Cabría preguntarse si existe una política de Ética en la gestión del Estado y búsqueda de la excelencia como estrategia”, se pregunta el operador, al tiempo que observa “acciones aisladas, tomadas arbitrariamente y sin coordinación ni anticipación”.
Esta falta de previsibilidad explica que atenta contra la economía de las Pymes, cada vez con más dificultades financieras. Indica que las gestiones burocráticas significan una porción más trascendente de la bonificación que reciben los operadores por la venta de combustibles. Este panorama adverso es extensivo a toda la geografía nacional.
El empresario del NEA cuestiona que “nación, provincias y municipios se superponen con exigencias y tributos, sin medir capacidad contributiva ni consecuencias varias contra las estaciones”. En su opinión, esto muestra a las claras el “abuso de poder o de posición dominante”.
“Todos los días hay algo nuevo”, asegura. Ya sea en lo referente a normas de medio ambiente, seguridad e higiene, de publicidad y cartelería en la vía pública, en cuanto a prevención de accidentes, tratamiento de residuos peligrosos, normas de tránsito, vencimientos impositivos y despacho de combustibles. “Se necesita un ente que coordine”, sostiene Bigatti, sobre todo en el aspecto fiscal.