Si bien las estaciones de servicio ofrecen los productos a valores más caros que en supermercados y otros comercios minoristas, expendedores explican que los consumidores que se acercan a los puestos de combustible presentan otros parámetros de conducta y preferencias. No se notan variaciones en la facturación.
En los últimos años los bienes y servicios de la economía empezaron a crecer por encima del 20 por ciento al año, con records de hasta un 30 en 2013, de acuerdo al Índice que elaboran nueve provincias independientes al Instituto Nacional de Estadísticas y Censos. Esta alza generalizada hizo que el público analizara los precios de las góndolas, volcándose como respuesta inmediata hacia segundas marcas.
Éste carácter elástico que presenta la demanda no se extiende a los shops de las bocas de expendio. Ángel Luis Bigatti, presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Formosa explica que “en general la gente no se fija en el precio” sino más bien en la calidad. Asegura que esto se refleja claramente en los establecimientos ruteros, donde el paso por la estación implica utilizar otras prestaciones, como el baño o la zona de descanso.
“Hay locales que ofrecen todo tipo de productos, que si bien compiten con otros negocios, reciben los vales que el Estado paga a los empleados públicos para la compra de combustible y alimentos, bebidas, del mini-shop”, diferencia. No se trata de una situación general a nivel país; se da sólo en algunas provincias del interior.
En las grandes ciudades, en cambio, el dirigente afirma que “los mini mercados ofician como lugares de estar”, gracias, por ejemplo, a la incorporación de Wi-Fi, un servicio que potenció la clientela de los bares. Bigatti mencionó que hay personas que incluso utilizan estos espacios como oficinas y para reuniones de trabajo.
De todas maneras, la influencia de este segmento en la rentabilidad del sector es de aproximadamente un 25 por ciento y no alcanza para compensar los bajos ingresos que se percibe por la venta de naftas y gasoil. Además, no es una variable constante que se repita en todas las circunstancias y para todos por igual. Hay bocas en las que la incidencia del shop es insignificante.