En el caso del gasoil nuestro país muestra una presión tributaria que duplica a la de otros del sur del continente, como Chile, Brasil, Perú y Uruguay. En lo que respecta a la nafta súper los impuestos internos también son los más altos del ranking regional, al alcanzar el 58,33 por ciento, aunque están nivelados con Uruguay y próximos a Brasil
El relevamiento mensual de precios que realizan desde la consultora Montamat&Asociados muestra que los surtidores nacionales aún permanecen entre un 20 y 40 por ciento por debajo de otras naciones de Latinoamérica, según el producto y la variedad que se tome como parámetro de comparación, incluso sumando los aumentos que aplicaron las petroleras en los últimos meses.
Parte de este acercamiento de las pizarras locales con las de la región tiene que ver con cuestiones impositivas. Según muestra el informe, durante el mes de octubre el litro de gasoil sin impuestos en surtidor presentó el siguiente esquema de costos: Argentina $3,5, Brasil $3,8, Chile $4,6, Perú $6,4 y Uruguay $6,90. Mientras más combustible se importa, más caro es el valor del producto.
En la comparación con el valor del diesel en surtidor pero ya con el agregado de los impuestos internos resulta que la carga tributaria en Argentina es del 62,85 por ciento, la más alta de la región, seguida por Chile con el 32,61, Brasil 31,57, Uruguay 21,73 y Perú 17,18 por ciento. En todos los casos se tomó un promedio entre las marcas más importantes del mercado en base a datos oficiales de las secretarías de energía.
De igual modo, la nafta súper presenta un panorama similar. La presión tributaria es en Argentina del 58,33 por ciento, en Uruguay 52, Brasil 31,57, Perú 25 y Chile 22 por ciento. Esto se deduce tomando el valor en surtidor sin impuestos, que en Argentina es de $3,6, en Brasil $3,8, Chile $5, Uruguay $5,5 y Perú $6.
Las industrias que tienen costos de producción relativamente bajos, como Brasil y Argentina, son las que obtienen un margen mayor para la aplicación de tributos. Frente a esto, los gobiernos aprovechan y ven en los combustibles una fuente importante de recaudación.
Otras, en cambio, como Uruguay, Chile y Perú, al tener que importar casi la totalidad de lo que se consume en la plaza local, ya de por sí manejan precios altos y no están en condiciones de encarecer los productos. Los gravámenes están acotados por limitaciones del mercado.