Las preferencias de los consumidores por una marca se definen según su precio. Así lo indica un estudio que demuestra que YPF mantiene la misma aceptación de los automovilistas más allá de que su condición sea estatal o privada.
Muchas y variadas son las discusiones acerca de las razones que motivan la elección de una marca de combustibles. El principal móvil que surge ante cada debate muy por encima del marketing o la calidad es el precio que, desde hace algunos años, se ha convertido en el motor de la preferencia de los automovilistas.
En efecto, un relevamiento efectuado con datos aportados por la Secretaría de Energía, confirma que YPF (la más barata del mercado) se mantiene en el mismo nivel de aceptación del público desde hace cuatro años. La hoy empresa estatal se consolidó en el 55 por ciento del share de las naftas y el gasoil, un posicionamiento que no varió a pesar de haber cambiado su condición de privada.
Su escolta en cambio, Shell, fue creciendo con el correr del tiempo. No obstante ser la más cara, su participación se elevó de 16 a 18 por ciento desde 2010 a la actualidad. Su presidente Juan José Aranguren explicó los motivos: “Cuando un cliente está dispuesto a pagar, lo hace en función de muchas características: la calidad del combustible, de la estación de servicio, de la reputación y los principios que la empresa aplica al desarrollar sus negocios en el país”.
En el afán de clarificar aun más el proceder de los consumidores, el ejecutivo remarcó que “el precio de base es aquel que el cliente esté dispuesto a pagar, y hay clientes (al menos el 20 por ciento de nafta y el 14 de gasoil) que están dispuestos a cargar productos de muy buena calidad, como los que produce Shell”.
Esso por su parte, disminuyó su presencia en los surtidores durante este período de 14 a 13 por ciento. Es que la empresa atravesó un largo proceso de venta que culminó recién a fines del año pasado cuando Axion Energy, una sociedad de Bridas completó la compra de los activos de refinación de petróleo crudo y comercialización de combustibles y lubricantes de ExxonMobil en Argentina, Paraguay y Uruguay.
En este lapso se originó también el desguace de Petrobrás, que le cedió a Oil la mitad de sus estaciones de servicio y una refinería. Mientras en 2010 se adueñaba del 12 por ciento del mercado, al presente ostenta el 6, en tanto que la petrolera del Grupo Indalo se lleva el 4.6 por ciento restante.